Un tribunal de apelaciones peruano ordenó este miércoles liberar a la líder opositora Keiko Fujimori, detenida desde hacía una semana tras ser acusada por la fiscalía de recibir dinero de la constructora brasileña Odebrecht para su campaña electoral en 2011.
Keiko, de 43 años, abrazó llorando a su abogada Giuliana Loza al escuchar el fallo, dictado luego de seis horas de deliberación de los tres jueces de la segunda sala de apelaciones de la Corte Superior de Lima.
"Han sido siete días de calvario", declaró sonriente a la prensa Keiko, al abandonar el edificio del tribunal poco después, acompañada de su marido, Mark Vito, su hermana Sachi y su abogada
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La corte "dispone la inmediata libertad de los indiciados detenidos" por este caso, entre ellos la hija del exmandatario Alberto Fujimori (1990-2000), dijo el presidente de la sala, Octavio Sahuanay, al acoger la apelación de cuatro detenidos, entre ellos Keiko, por el delito de lavado de activos, a raíz del presunto financiamiento ilegal de la campaña.
El tribunal aclaró, sin embargo, que no se pronunciaba sobre el fondo de la acusación de la fiscalía contra Keiko, de usar la "estructura" de su partido para canalizar aportes ilegales de Odebrecht a su campaña en 2011.
Keiko dijo que la semana que pasó en prisión "ha sido también una oportunidad de empezar un camino para lograr nuevamente la unidad de mi familia".
"Yo salgo agradecida, a pesar de la injusticia", agregó en alusión a la visita que le hizo el domingo en prisión su hermano Kenji, con quien libra desde el año pasado una guerra fratricida por el legado político de su padre.
Keiko lució durante la audiencia un chaleco negro de la policía con la palabra "detenido", pero ya no lo tenía al reanudarse la sesión para la lectura del fallo.