EMIRATOS ÁRABES UNIDOS. Dubái abre sus puertas de par en par a los turistas que huyen de los confinamientos impuestos en el mundo contra la pandemia de coronavirus. Se presenta como un lugar soleado para la evasión, sin cuarentena ni toque de queda pese al aumento de contagios.
Mientras que otros destinos turísticos aplican restricciones para controlar la crisis sanitaria, el emirato del Golfo vibra con el bullicio de los bares de moda e Instagram se llena de fotos de rascacielos o del desierto.
"Aquí no tengo miedo. Mira, todo el mundo lleva mascarilla", afirma Dimitri Melnikov, un turista ruso de 30 años.
Desde el comienzo de la crisis, las autoridades de Dubái se jactan de haber controlado la pandemia, gracias a las nuevas tecnologías y a elevadas multas para disuadir a las personas de no llevar la mascarilla. En los lugares públicos también se impone el distanciamiento físico.
A su llegada, los turistas deben presentar una prueba PCR negativa reciente y/o someterse a una en el aeropuerto de Dubái.
No hay estadísticas específicas sobre las infecciones en Dubái que, con sus alrededor de 2,9 millones de habitantes, es uno de los siete principados que forman los Emiratos Árabes Unidos.
A escala nacional, el número diario de contagios, unos 3.400, casi se ha duplicado desde el 1 de enero.
En total, el país, que ha emprendido una campaña de vacunación, ha registrado oficialmente más de 253.000 casos, de los cuales 745 mortales, para una población de unos 10 millones de habitantes.
"ARRIESGARSE"
En el barrio histórico de Al Fahidi, muchos turistas, con mascarilla, pasean por las callejuelas y toman fotografías de las construcciones de piedra al borde del canal, que recuerdan al Dubái de antaño. Hay frascos de esterilizantes en todas partes y las pancartas alertan de las medidas anticoronavirus.
La protección de la población es una prioridad, asegura Naser Jomaa ben Suleiman, responsable del distrito. "El número de turistas se ha limitado a 20 por guía en vez de 100 para reducir la asistencia", explica a la AFP.
"Me siento más segura aquí que en Estados Unidos porque creo que la gente respeta más el uso de la mascarilla y el distanciamiento físico", declara Andi Pitman, una estadounidense que vino a pasar cinco semanas a Dubái con su familia.
"Tenemos niños pequeños que necesitan salir y ver el mundo, así que estamos dispuestos a correr el riesgo", dice.
Sophia Amouch, de 24 años, llegó de Francia para dos semanas de vacaciones que decidió prolongar para pasar un mes en el emirato, donde "se hace todo lo posible para evitar los contactos".
"La pandemia en Dubái se gestiona mucho mejor que en París", estima. Actualmente Francia, el país más visitado del mundo, impone un toque de queda nocturno y medidas excepcionales a los viajeros para intentar frenar la llegada de nuevas mutaciones del coronavirus.
"GUARDAR EL CONTROL"
El turismo es uno de los pilares de la economía de Dubái, que recibió a 16 millones de visitantes en 2019 y, antes de la pandemia, apostaba por alcanzar los 20 millones en 2020.
Dubái, pobre en petróleo pero con la economía más diversificada del Golfo, reabrió sus puertas a los turistas en julio pasado, después de un período de confinamiento estricto.
"Dubái parece posicionarse como el destino de elección para aquellos que quieren escapar de los confinamientos", observa Scott Livermore, economista jefe de Oxford Economics Middle East, un centro de análisis británico.
Según él, esta "estrategia de crecimiento", si tiene éxito, tendrá un impacto positivo en la organización el próximo otoño de la Exposición Universal que el emirato, que ha gastado ocho mil 200 millones de dólares en este evento, tuvo que aplazar en 2020.
Pero la apuesta es arriesgada, estima el especialista, porque una segunda ola de covid-19 socavaría esta estrategia. Para salir adelante, el emirato debe permanecer "abierto y conectado, pero sobre todo mantener el control sobre el covid-19", añade Livermore.
Entre tanto, la aerolínea de Dubái, Emirates, la más importante de Oriente Medio, ha reanudado gran parte de sus enlaces en todo el mundo. El aeropuerto de Dubái recibió, según estadísticas oficiales, medio millón de viajeros durante la primera semana de enero.
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