Tras muchas horas de tensas e infructuosas negociaciones en los días pasados, los ministros europeos de Finanzas intentan de nuevo este jueves evitar un nuevo fracaso y forjar una respuesta económica común ante la crisis del coronavirus.
Un nuevo fracaso amenazaría la unidad de la zona euro y pondría toda la presión en manos de los jefes de Estado y de gobierno, que ni siquiera lograron un acuerdo durante su cumbre del 26 de marzo, que evidenció la fractura entre países del Norte y del Sur del continente.
"Un fracaso es impensable", advirtió el ministro francés Bruno Le Maire antes de la videoconferencia programada a las 17H00 (15H00 GMT) y que, nuevamente, puede durar parte de la noche si subsisten los desacuerdos.
El miércoles por la mañana, tras 16 horas de debates, los ministros de Finanzas de la UE no lograron un acuerdo sobre una respuesta económica común a la pandemia de covid-19, debido a los países del Norte, especialmente Holanda, claramente opuestos a los del Sur, que reclaman un esfuerzo financiero sin precedentes.
Este bloqueo es "contraproducente, incomprensible y no puede durar" condenó la presidencia francesa.
Los Estados miembros reprochan a Holanda bloquear el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), al rechazar las demandas de Italia sobre este tipo de préstamos del fondo de socorro de la zona euro a los países en dificultades.
El MEDE, creado en 2012 durante la crisis de la deuda de la eurozona, podría conceder préstamos a un Estado en dificultad que lleguen hasta el 2 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), o hasta 240 mil millones de euros para el conjunto de la zona euro.
Roma rechaza
Pero Italia, el país europeo más afectado por la epidemia (17 mil 699 muertos) rechaza esta opción pues suele ir acompañada de contrapartidas o condiciones, como las reformas que reclama La Haya.
"La utilización de este presupuesto debe estar sujeta a condiciones" sobre todo "a largo plazo", insistió el miércoles el ministro holandés de Finanzas, Wopke Hoekstra, apoyado, según una fuente europea, por Austria, Suecia o Dinamarca.
Según una fuente cercana a las conversaciones, los holandeses formularon demandas "excesivas", pidiendo incluso algunas reformas a cambio de los préstamos.
Enfrente, los países más afectados por el coronavirus, principalmente Italia y España, siguen pidiendo la creación de un instrumento de deuda compartida, conocido como "coronabonos" o "eurobonos", destinada a reactivar la economía una vez que la crisis haya pasado.
Comparten esa propuesta Francia, Grecia, Malta, Luxemburgo e Irlanda, según varias fuentes.
Sin embargo la mutualización de las deudas constituye una línea roja para Berlín y La Haya, que rehúsan este procedimiento común con los Estados muy endeudados del sur, y considerados poco rigurosos en su gestión.
Más consenso generan los 200 mil millones de euros que pueden ser movilizados a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI) en un fondo de garantía para las empresas y hasta 100 mil millones de euros para apoyar el trabajo a tiempo parcial.
Además, una reactivación es posible "con instrumentos muy clásicos" y ya existentes "como por ejemplo el presupuesto de la Unión europea", alegó el ministro alemán Olaf Scholz.
En una tribuna en el diario Le Monde, la presidenta del Banco central europeo (BCE), Christine Lagarde, calificó de "vital una partida presupuestaria para hacer frente a esta crisis, y que sea suficientemente poderosa en el conjunto de la zona euro".