El Parlamento boliviano, controlado por el partido de Evo Morales, aceptó este martes su carta de renuncia a la Presidencia del país dos meses después de que la presentara, en una bochornosa sesión en la víspera del fin de su mandato que inicialmente debía concluir este 22 de enero.
La titular de la Asamblea Legislativa, la senadora Eva Copa, que pertenece al Movimiento al Socialismo (MAS), presidió la sesión que inicialmente fue convocada para dar lectura a las cartas de renuncia de Morales y de quien fue su vicepresidente, Álvaro García Linera.
Las airadas protestas de los parlamentarios de las minorías de oposición comenzaron este martes cuando la mayoría del MAS de Morales cambió el orden del día y resolvió analizar si se aceptaba o rechazaba ambas renuncias.
Primero se analizó la renuncia de Morales y luego la de García Linera, siendo aprobadas ambas por la mayoría, tras lo que concluyó la sesión parlamentaria.
El vicepresidente de la Cámara de Diputados, Henry Cabrera, del MAS, explicó a los medios que ese partido decidió, tras una reunión de bancada, "aceptar" la renuncia de Morales y García Linera.
También hubo peleas internas en el MAS entre aquellos parlamentarios que aceptaron la renuncia y otros que no estaban de acuerdo con ello, porque consideran que Morales fue víctima de un "golpe de Estado".
"Lo que tiene que primar en estos momentos es la paz en nuestro país, mantener la línea de la pacificación y que se tenga estabilidad social", manifestó por su parte la senadora Copa.
Morales y García Linera anunciaron su renuncia el pasado 10 de noviembre en medio de protestas contra su Gobierno que denunciaban fraude en las elecciones del 20 de octubre, que les habían dado ganadores para un cuarto mandato consecutivo.
Evo Morales denuncia que hubo un golpe de Estado para derrocarlo, pues su mandato en vigor era hasta este 22 de enero.
Las cartas de dimisión llegaron al Legislativo nacional el 11 de noviembre.
A la renuncia de Morales y García Linera el mismo 10 de noviembre siguieron las de los presidentes del Senado, Adriana Salvatierra, y de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, ambos del MAS.
En su calidad de segunda vicepresidenta del Senado, la legisladora Jeanine Áñez activó el mecanismo sucesorio que dejó roto el entonces oficialismo y asumió la Presidencia interina de Bolivia.
Aquella sucesión, que se produjo tras dos días de vacío de poder, fue avalada por el Tribunal Constitucional.
Áñez firmó este pasado lunes una ley que prorroga el mandato del Gobierno interino y el del Legislativo hasta el juramento de las autoridades de ambos poderes que sean elegidas en los comicios generales del próximo 3 de mayo.
Morales, que tramita su refugio en Argentina, había asegurado varias veces que sigue siendo presidente de Bolivia en tanto el Parlamento no analice su renuncia.
También ha demandado que Áñez deje el poder el 23 de enero y que en su lugar asuma la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, María Cristina Díaz.
Sin embargo, esa figura de sucesión, que sí se encontraba en la Constitución previa a 2009, no está contemplada en la Carta Magna puesta en vigor ese año por Morales.