Cuatro manifestantes murieron en Bagdad al ser alcanzados por granadas lacrimógenas que las fuerzas del orden lanzan contra la multitud, informaron fuentes médicas a la AFP.
Desde principios de octubre, cuando estallaron estas protestas en Irak, una veintena de manifestantes han fallecido al ser golpeados por estas granadas, que son diez veces más pesadas que las que la policía usa en otros lugares del mundo, según la ONU. La mayoría de las víctimas tuvo el cráneo destrozado.
En total, más de 330 personas --la mayoría manifestantes-- fallecieron durante estas protestas en Irak, un de los países más ricos en petróleo del mundo pero también uno de los más corruptos.
Estas nuevas víctimas mortales ocurren en un momento en que la ONU multiplica las reuniones y la presión para negociar una salida de la crisis política, de cara a una revisión del sistema electoral y la Constitución.
Pero los manifestantes reclaman más: rehacer totalmente el sistema político implementado tras la caída de Sadam Husein en 2003 y renovar toda la clase política.