Más de 8 mil 500 adolescentes y niños migrantes que cruzaron la frontera sin sus padres se encuentran en albergues del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de Estados Unidos mientras esperan ser colocados con tutores o familiares, pero alrededor de 3 mil 500 siguen varados en diversas estaciones de la Patrulla Fronteriza, a la espera de la apertura de más camas en dichos albergues, informó The Washington Post.
La espera promedio para ser transferidos a un refugio administrado por el HHS es de 107 horas, tiempo que excede el límite legal de 72 horas.
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Además, de acuerdo con el Post, las “jaulas” que causaron polémica en 2018 permanecen cerradas y, en cambio, los menores permanecen en celdas estrechas de concreto y acero, que fueron construidas para personas adultas.
“Seguimos trabajando con ellos (HHS) para sacar a los niños de nuestra custodia lo más rápido posible”, dijo Troy Miller, comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
En la primera semana de marzo, el HHS recibió unos 450 menores por día, tres veces más de los que podía entregar a familiares y tutores, indica el Post.
El gobierno de Joe Biden dejó de rechazar a los niños que viajaban solos, y datos recientes muestran que su administración ya no está enviando de regreso a la mayoría de las familias, especialmente a las que tienen niños pequeños.
Biden ha ordenado restaurar el programa de acogida para menores provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica; El Salvador, Guatemala y Honduras, con la finalidad de evitar que los niños que desean encontrarse con sus padres en Estados Unidos realicen viajes peligrosos desde sus países de origen. Las medidas involucran el cumplimiento de una serie de requisitos siempre y cuando los padres residan de manera legal en el país.