Alejandro Armenta, gobernador electo de Puebla, pidió dejar atrás el término "marinista" para referirse a él o a su equipo, ya que lo consideró ofensivo, y subrayó que los “ismos” desaparecen una vez termina el cargo, haciendo alusión al exmandatario poblano Mario Marín.
Lo anterior luego de las críticas que recibió Víctor Manuel Sánchez Ruiz, excontralor en el gobierno de Marín, al sumarse a la Comisión de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción.
“A mí se me hace ofensivo, de verdad ofensivo, que nos llamen como si fuéramos hijos de alguien o como si fuéramos dueños de alguien, cuando esos que nos señalan se arrodillaron frente al marinismo, después frente al morenovallismo y ahí no dijeron nada, no levantaron la voz”, opinó Armenta.
En rueda de prensa, dijo que aquellos que lo critican por pasarse "al lado correcto de la historia" (del PRI a Morena) son quienes han perdido sus privilegios por no poder seguir haciendo negocios con el poder. Y reiteró que dicho adjetivo es ofensivo porque no es títere de nadie.
“Cuando decidí pasarme a Morena ¿apoco creen que fui a consultar? pues ni que fuera yo un chamaco, no soy títere de nadie (...) ya chole con el marinismo, de verdad, ya chole, ya se ven hasta mal, no estamos haciendo nada incorrecto, después de 34 años de vida pública no me voy a dejar”, sentenció.
Rechaza tener influencia en la renovación estatal de Morena
En otro tema, rechazó tener influencia en el proceso de renovación de la dirigencia estatal de su partido, pues insistió en que no tiene interés de asumir funciones que no le corresponden.
Asimismo, aseguró que, si decidiera imponer a alguien en la dirigencia estatal, no contaría con el respaldo del Consejo Estatal, pues recordó que, cuando se designó al candidato de Morena para la gubernatura de Puebla, sólo seis de los 152 consejeros del partido votaron por él.
“¿Cuántos votaron por mí cuando fue el proceso de las candidaturas? ¿cuántos?, acuérdense, solo seis votos tuve, entonces ¿qué poder puedo tener sobre el Consejo? ninguno”, reprochó.
Finalmente, y respecto a la reciente designación de Rosa Isela Sánchez Soya como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del estado de Puebla, rechazó nuevamente que haya sido impuesta por él, pues si tuviera la oportunidad de elegir a alguien hubiera seleccionado a la exdiputada local Silvia Tanús.
“(Rosa) no es una gente cercana a mí, tengo escaso un año de conocerla (...) si hubiera querido imponer a alguien sería Tanús, pero me iba a traer a raya”, concluyó.
Publicado en El Sol de Puebla