Culiacán, Sin.- Cuatro hombres detenidos es el resultado de un enfrentamiento entre elementos del Ejército y un grupo de sicarios en las afueras del Hospital Regional 1 del IMSS, en la colonia Miguel Alemán, los cuales intentaron "rematar" a un herido de bala atendido en ese nosocomio.
Los hechos sucedieron poco después del mediodía, cuando sujetos armados llegaron al hospital y se enfrentaron a balazos contra el Ejército en el estacionamiento.
"Llegaron para tratar de rematar a la persona que llegó herida de la Loma de Rodriguera, afortunadamente no lograron su propósito, tenemos 4 detenidos”, confirmó Cristóbal Castañeda Camarillo, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa.
El también teniente coronel manifestó que la situación fue controlada y nunca tuvieron rehenes como se manejó en redes sociales.
“No hay más heridos, es únicamente una agresión que trataron de hacer contra la persona que resultó herida”, apuntó.
Por su parte, el IMSS también confirmó que no hay muertos entre el personal o derechohabientes.
Este enfrentamiento se da horas después de que un grupo armado irrumpió en la colonia Loma de Rodriguera, al norte de la ciudad, y atacó a los tripulantes de una camioneta Jeep Grand Cherokee color gris. Uno de ellos resultó herido y fue trasladado al hospital del IMSS, en donde quedó internado y posteriormente quisieron rematarlo.
Zozobra en Mojolo y Paredones
Esta nueva balacera se da en el contexto de fricciones en las células criminales que operan en la ciudad y que en los últimos días han llevado estas tensiones a poblados como Mojolo y Paredones.
Desde hace días, grupos de hombres armados empezaron la incursión del territorio: de Mojolo hasta Paredones; convoyes que atraviesan los pueblos con una furia que asediaba de miedo a la población del valle norte del municipio de Culiacán.
Pronto el temor se convirtió en zozobra el 4 de marzo. Ante las amenazas de las células de sicarios, algunos pobladores decidieron reportar desmanes y casas incendiadas. Buscaban que las corporaciones entraran a la zona “caliente” para ahuyentar a los comandos.
La noche del domingo el polvo de las terracerías se levantó con el paso de gente armada a bordo de varias camionetas y desde entonces los pobladores se autoimpusieron un toque de queda. La tarde del 4 de marzo, un comando irrumpió en Paredones y amenazó a los lugareños: se tenían que marchar o irían sobre ellos.
La zozobra de posibles enfrentamientos o agresiones llevaron a varias familias a salirse de la zona caliente. Incluso reportan la suspensión de clases por el temor a la incursión de la gente armada, ya que los padres de familia no quisieron llevar a sus hijos a la escuela y algunos maestros, que van de fuera, optaron por no acudir por sentirse en riesgo.
“Fue la misma gente de Paredones que reportó a la Marina para que fueran ya que hubo amenazas”, relató la misma persona, vecina de la población contigua.
Joel Ernesto Soto, director de la PEP, fue quien encabezó los operativos durante la noche del miércoles y madrugada del jueves, ello con el objetivo de “garantizar la seguridad y la tranquilidad de los pobladores”.
“La gente tiene miedo y no habla, tiene miedo a que si habla les puede ir mal, por eso se conformaron con que fuera la Marina y el Ejército; la gente armada se esconde en cuanto saben que van los operativos”, afirmó Soto.
Los testimonios señalan, contrario a la aparente calma que pregonó la Secretaría de Seguridad Pública, que se teme de enfrentamientos inminentes si el conflicto entre los dos grupos rivales del crimen organizado persiste.
“Mi mamá y mis hermanas tuvieron que salir, es un miedo real que se siente en estos pueblos”, expresó un vecino
La SSP no informó hasta cuándo permanecerán los operativos en la región, lo que sí es que, a través de Joel Ernesto Soto, se exhortó a la población a no dar reportes falsos de violencia. Por un lado, la zozobra, la mordaza de una región violenta; por otro el regaño de la autoridad.