El 29 de mayo de 2021, el municipio de Santa María Zacatepec, Puebla, acaparó los titulares de noticieros nacionales e internacionales, ya que en esta comunidad de Puebla, apareció un orificio menor a los 15 metros de diámetro, que luego se convirtió en un socavón de 132 metros en su eje mayor, 129 en su eje menor y con una profundidad aproximada a los 50 metros de profundidad.
En ese entonces, el hundimiento atrajo miles de visitantes por dividir la tierra y “devorarse” una vivienda, fue inspiración de canciones y videoclips, así como representó una fuente de ingresos para comerciantes, quienes ofertaron souvenirs (recuerdos) con su imagen y bautizaron alimentos en su nombre.
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Hoy, el socavón, a decir de pobladores de Zacatepec, junta auxiliar del municipio Juan Crisóstomo Bonilla, “es historia”, porque pasó de moda y luce en el olvido, pues los curiosos, viajeros, youtubers, especialistas, grupos musicales, mariachis y activistas dejaron de llegar, los negocios cerraron y las autoridades, así como militares se marcharon.
La operación de una unidad de monitoreo de Protección Civil de Puebla, es lo único que queda de la efervescencia que este gran foso causó en los primeros tres meses de su aparición, así como los anuncios donde alguna vez se vendió la memela o pan alusivo a éste.
Actualmente, pobladores y campesinos de Zacatepec son quienes siguen la historia de este fenómeno natural sin precedente y del cual, afirman, sigue extendido su diámetro en cada temporada de lluvia, ya que han atestiguado algunos desprendimientos, mientras laboran en sus campos, donde varios están dentro del polígono de restricción.
Sin embargo, coincidieron que el socavón desde hace mucho “pasó a la historia”, porque ahora solo es recordado por las familias de Zacatepec, dado que su fama sólo duró los primeros tres meses y de ahí se apagó.
Foso sigue creciendo
Alberta, es una campesina de Zacatepec y dueña de un sembradío de alfalfa situado a menos de 10 metros de distancia del socavón y platicó que desde hace un año retomó esta actividad, ya que la autoridad avaló su ingresó a la zona restringida.
La única condición, comentó, es que no puede acercarse al gran foso, mismo que dijo está en el olvido para los foráneos, pero no para los locales.
“Al principio era temor, pero ahora ya nos acostumbramos al socavón, porque sigue creciendo su diámetro, porque ahora en tiempos de agua es cuando se cae la tierra y pues nosotros no debemos arrimarnos mucho, tenemos que respetar 10 metros y pues solo trabajamos en donde es más seguro, porque arrimarse pues no, porque la tierra sigue abriéndose, no ha dejado de extenderse, se sigue ampliando”, expresó.
Añadió que este socavón es una “cosa que nunca antes se había visto” y cuando se formó hizo que muchas personas llegaran a la comunidad para verlo, pese a que es peligroso.
“Los curiosos, más que nada eran los que venían a ver o conocerlo y pues ahorita ya dejó de abrir y ya pasó a la historia”, concluyó.
En otro sembradío colindante a la zona de restricción, Daniel, otro agricultor, comentó al respecto, “empecé a trabajar este campo después de que se abrió el socavón y sigue viniendo gente a mirarlo, pero se acercan solo en la orilla y lo ven (…) ya pasó su momento y en su momento fue historia, lo que fue, fue y ahora si quedó en el olvido, porque la gente que llega es del pueblo y vine cuando se acuerda de él”, contó.
El agricultor, indicó que el foso sigue creciendo al tener desprendimientos de tierra, principalmente cuando llueven.
“No es mucho, pero las veces que he notado los desprendimientos, estos son de aproximadamente medio o un metro , es poco, peros esperamos que ya no siga, que ya quede así, porque ya ni ruido hace”, sostuvo.
Socavón, un vecino más en Zacatepec
Usiel Pérez, es un joven que mientras cuidaba su ganado en inmediaciones del socavón de Zacatepec y en calidad de vecino, externó “al principio me dio miedo, porque vivo cerca de él y creímos que iba a crecer un poco más, pero ya se detuvo su crecimiento y hoy en día como pobladores lo seguimos viendo, porque los turistas dejaron de venir a este lugar y hasta las autoridades se fueron, ahora es más tranquilo”.
Dijo que el enorme orificio dejó de hacer un atractivo para todos y pues desde hace un año, Zacatepec volvió a la normalidad.
“Ya todo es más tranquilo”, concluyó el joven, mientras se marchaba a su casa, encontrada a escasos metros del socavón.
Es importante decir que se trató de obtener más testimonios ciudadanos, sin embargo los pobladores de esta comunidad hablan poco de este tema.
En las casas donde alguna vez se comercializó pan, antojitos mexicanos, pulque, tazas, llaveros, playeras o rentaban sus azoteas como miradores, hoy lucen inactivas.
Solo de recuerdo quedan los anuncios publicitarios que pintaron para informar los productos a la venta.
Publicado en El Sol de Puebla