Las madres y padres de familia que perdieron un hijo en el incendio de la Guardería ABC, ocurrido el 5 de junio de 2009 en la colonia Y Griega en Hermosillo, Sonora, salieron a exigir justicia a 14 años de la tragedia; de igual forma, quienes tienen hijos sobrevivientes se unen a esa lucha y orientan a sus hijos a salir a las calles y alzar la voz, como lo ha hecho Alejandra Carpio con su hijo Isaac, quien ahora tiene 16 años .
A pesar que desde muy pequeño Isaac formaba parte del movimiento de justicia por el incendio en la guardería, el joven expresa que cada vez que se acerca la fecha siente nervios y muchos sentimientos alrededor.
“Hace poquito ya que estoy más grande, me empecé a involucrar más en esto, a entrar más en todo lo de la guardería”, mencionó en entrevista durante la marcha de este 5 de junio.
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Su miedo se puede identificar rápidamente, pues tan sólo hablar de la situación le cuesta un poco de esfuerzo, un sentimiento en común entre toda persona que vivió ese trágico momento y que cada año deben encontrar el valor para revivir los recuerdos.
A partir de este año se sumó a la marcha anual, un contingente conformado por cada uno de los sobrevivientes del incendio, mismos que llevaban un distintivo que los identificaba del resto. Este grupo de adolescentes se han mostrado firmes en las actividades que giran en torno al movimiento que exige justicia y muestran su apoyo de diferente manera, ya que unos se encargan de organizar y tomar decisiones generales, mientras que otros, como Isaac, a quienes se les complica más el ambiente que se percibe, muestran su apoyo con su presencia.
“En lo personal yo no hablo mucho la verdad, pero siempre estoy de acuerdo con lo que dicen mis compañeros y las propuestas que hacen, aunque yo no aporto casi nada, saben que apoyo el movimiento”, detalló.
Para tener el valor que tiene Isaac, definitivamente se necesita un pilar firme que lo sostenga, y en este caso es madre quien se ha encargado que desde muy pequeño conozca el significado de justicia y de unión, camino que lo ha llevado a tomar iniciativa propia.
“El proceso ha sido muy difícil y doloroso, han pasado los años y siempre se vive como si fuera el primer día, se remueve la herida y por eso teníamos algunos años que no participábamos, pues pensé en la salud mental del niño y lo retiré un poco, pero ahora a sus 16 años él fue quien pidió participar y se está involucrando un poco más”, mencionó Alejandra.
Compartió que, a esta edad, su hijo ya desarrolló un poco más de conciencia y se da cuenta de las cosas, así como de la dimensión de lo que sucedió ese día, por lo que hace preguntas más coherentes que se relacionan a lo ocurrido y esto se repite en cada uno de los sobrevivientes, quienes anunciaron que a partir de este año se harán cargo de la organización que por muchos años sus padres hicieron.
“Ahora ya van a ser ellos los que van a abanderar y dar el grito de justicia por sus compañeros fallecidos y por ellos mismos, y si mi hijo siente que debe estar aquí y él mismo me lo pide puede ser que sea algo positivo en su vida, ya que está defendiendo sus derechos. Cuando era más pequeño era yo quien pegaba ese grito, era yo quien tomaba la batuta y ahora no me queda más que ir detrás de él y acompañarlo, respaldarlo y ser ese sostén”, confesó.
Por último, Alejandra Carpio dejó en claro que sea cuál sea la decisión que su hijo tome ella no lo va dejar solo, pues ahora le tocó decir a Isaac que es su turno, al igual que todo el grupo de sobrevivientes los cuales al estar próximos a la mayoría de edad, se podrán involucran en un 100 por ciento al movimiento, pues como lo mencionan en el grito de guerra “Ni perdón, ni olvido”.
Los 102 sobrevivientes están a poco de ser adultos
El incendio en la Guardería ABC, que ocurrió el 5 de junio de 2009, murieron 49 niñas y niños, pero poco se dice de los 102 que sobrevivieron a las llamas. La mayoría quedaron con secuelas para toda su vida.
Para algunos, sus cicatrices son notables, con injertos de piel en gran parte de su cuerpo, pero para otros las cicatrices no son visibles, sino del alma.
Los sobrevivientes, como el resto de los niños que eran resguardados en la guardería mientras sus papás trabajaban, tenían entre 2 y 3 años de edad.
Ahora, a 14 años del incendio, casi todos tienen entre 16 y 17 años, por lo que les falta poco para cumplir la mayoría de edad y convertirse en adultos.
Como Isaac, ya están teniendo más conciencia de lo que les ocurrió cuando eran muy pequeños, pero también se desilusionan en saber que, a pesar de que murieron 49 de ellos, a 14 años, todavía no hay justicia para el caso que marcó sus vidas para siempre.
Nota publicada en El Sol de Hermosillo