Las Choapas.- Los cadáveres de los 12 ejecutados la noche del domingo en el camino que lleva al poblado Cerro de Nanchital, fueron identificados por familiares que, además de reclamar la entrega de sus cuerpos, exigen a las autoridades no dejar los hechos en la impunidad.
Aunque la versión oficial señala que la masacre pudo derivarse de una venganza o disputa entre gente que pertenecía a un mismo grupo, lugareños no descartan que haya algo más, pues dicen que en Las Choapas y sus alrededores operan grupos delictivos, que en ocasiones salían frustrados por la presencia de las llamadas autodefensas.
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Los primeros en ser identificados fueron Teódulo "N", identificado como líder del grupo e Isidro "N", agente municipal del poblado Cerro de Nanchital.
Posteriormente, con el avance de las diligencias, fueron identificados Mauro, Fernando y Valentín, de 28, 30 y 32 años, respectivamente, hijos de Teódulo, además de Ramiro, su hermano.
Las otras víctimas se llaman Bartolo, de 30 años; Alfredo Jaime, de 56 y Miguel, de 51, además de Luis, Régulo y Santiago, de quienes no se dio a conocer su edad.
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Al parecer, según las primeras investigaciones, las víctimas y sus asesinos aparentemente formaban parte de un mismo grupo integrado por ganaderos y sus ayudantes, que mantenían vigilancia entre Las Choapas y Uxpanapa, y que finalmente se dividieron tras surgir diferencias.
La Fiscalía General del Estado (FGE) desarrolla las investigaciones con mucho hermetismo, aunque se dijo que la Policía Ministerial ordenó a elementos especializados en homicidios profundizar en las diligencias con tal de agotar las líneas de investigación que puedan surgir.
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Tierra de crímenes y ejecuciones
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), tan solo de enero a noviembre de 2020, en Las Choapas se registraron al menos 31 homicidios, que se suman a las 12 recientes ejecuciones de las denominadas autodefensas.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) aumentó la presencia de elementos de la Policía Estatal y de la Fuerza Civil, además de que el Ejército y la Guardia Nacional los respalda.
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Los uniformados, fuertemente armados y en convoy, recorren caminos vecinales y mantienen la vigilancia en comunidades y en la misma cabecera municipal con tal de imponer el orden y mantener la paz.
Sin embargo, el miedo puede verse entre los habitantes, quienes en su mayoría prefieren mantenerse en sus casas, tras señalar que la masacre de los 12 hombres es, a la fecha, la más sanguinaria en este municipio y sus alrededores.
