TAPACHULA, Chis.- El trabajo sexual ha sido una de las problemáticas que ha predominado en Tapachula y se agudiza cada día más.
Aunque ahora la situación es diferente en lo que respecta a esta situación, hombres, mujeres, chicas transexuales y homosexuales (la mayoría migrantes), son los que deambulan por el parque central Miguel Hidalgo ejerciendo este oficio.
Basta con sólo sentarse en las bancas de la media luna por un espacio de 10 minutos para que poco a poco jóvenes que no rebasan los 25 años de edad, se acerquen con la intención de iniciar una plática, seas hombre o mujer.
Esta población identificada por las Asociaciones Civiles como Hombres que tienen Sexo con otros Hombres (HSH), quieren prestar sus servicios sexuales a cambio de dinero o en casos extremos, hasta por unos tacos y cervezas.
EMILIO:
"¿Quieres un beso o tengo que ganármelo?", es la pregunta que hace Emilio, un joven hondureño de 19 años, alto, delgado y de ojos claros. La pregunta se la lanza a un sujeto que rebasa los 50 años edad y está sentado entre la oscuridad de la zona mejor conocida como La media luna. El hombre asechado sólo ríe y se levanta para alejarse de Emilio y sus compañeros que de igual forma se encuentran ahí, haciendo lo mismo que él: vendiendo su cuerpo.
Emilio acepta hablar para narrar parte de lo que ha sido su vida y qué lo orilló a ejercer el trabajo sexual como un sustento de vida en México,para poder enviar dinero a su familia en su natal Honduras. Aunque no le gusta, asegura que se prostituye con mujeres y hombres, estos últimos quienes más lo solicitan.
¿Por qué el trabajo sexual?
“Es mucho más fácil, neta, si cuando yo vine hubiera encontrado trabajo rápido de otra cosa, lo estaría haciendo, pero nadie me quiso contratar por ser hondureño y más que tengo tatuajes, me ven como delincuente las personas, así que un día sentado acá vino un hombre, me dijo que si me iba con él y yo dije que sí, tenía hambre y necesitaba comer, ahí empecé en esto”.
¿Hay muchos jóvenes?
“Somos muchos y venimos de varias partes, algunos somos de Honduras, El Salvador y muy pocos de Guatemala, pero eso sí, los jalamos a nuestro pequeño grupo porque es una manera de cuidarnos”.
TAMBIÉN MUJERES
En el parque Miguel Hidalgo y la plaza Benito Juárez se puede detectar que, aunque en muy poco número, hay mujeres ejerciendo el trabajo sexual.
Algunas toman muy en serio los métodos de prevención y otras deciden no hacerlo, eso según lo que cuenta Irlanda, una mujer de 20 años de edad, madre de un niño que dejó en Centroamérica.
¿Qué tiempo llevas en el trabajo sexual Irlanda?
“Apenas meses, desde que llegué a Tapachula tenía tres opciones, trabajar de sirvienta, mesera en una cantina o la prostitución, decidí dedicarme a tener sexo por dinero, es mejor porque no tienes a nadie gritándote”.
-Bueno me voy, ya vino mi cliente-, dice, y se va.