Hay detalles que cuestan elecciones o la pérdida de miles de votos. También los hay de esos que marcan una carrera política. El debate de esta noche entre las candidatas al gobierno del Estado de México, Delfina Gómez, de la alianza Juntos Hacemos Historia (Morena-PT-PVEM), y Alejandra del Moral, de la coalición Va por México (PRI-PAN-PRD), no estuvo exento de esos pequeños-grandes detalles.
La corrupción y quién tiene las capacidades para resolver los grandes y graves problemas en el Estado de México representaron el foco de esos detalles en este debate entre dos visiones diametralmente opuestas en la entidad: la de la planicie de la zona oriente, cuyo epicentro es Texcoco, y la planicie del poniente, con sede en Atlacomulco.
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La morenista llegó al debate de este jueves con una pesada carga a cuestas. Un detalle de esos que para Andrés Manuel López Obrador se convirtió en un lastre durante su primera campaña presidencial, allá en el año 2006, cuando determinó no asistir al primer debate en esa contienda.
Delfina buscó posponer este encuentro hasta el 27 de abril. Luego midió las consecuencias. Luego aceptó a regañadientes asistir al debate de este jueves que se realizó en la Sala del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), con sede en la ciudad de Toluca. Pero el detalle quedó ahí.
Para la priista no fue distinto. El detalle fue haber dicho en un mítin, hace unos días, que en la próxima elección del primer domingo de junio, donde el PRI se juega uno de sus dos últimos bastiones (el otro es Coahuila), por mucho el más importante, que la alianza que encabeza quería la mayoría, “no una carta de buena conducta”. Un detalle que también ahí queda.
Pero ya aquí, frente a frente, las candidatas al gobierno mexiquense primero se miden, luego van al ataque, luego retroceden para replantear la estrategia. Son sesenta minutos de una interlocución que por momentos se trenza en alegatos y que por momentos se vuelve tensa, áspera, cargada de nerviosismo. No es para menos.
Delfina Gómez abre con todo. Primero dice que el PRI “es sinónimo de corrupción, de privilegios”. “En la pasada elección nos robaron. Es momento de decirle adiós al PRI”. Alejandra del Moral responde con artillería pesada: “Esta elección no es de proyectos, es de capacidades. Ellos (Morena) son el cambio que destruye. Donde gobiernan entregan malos resultados”.
La maestra tuvo seis años de ensayos para llegar hasta este momento. Fue placeada por López Obrador en la elección presidencial de 2018 por distintos municipios de la entidad, ella como candidata a una senaduría por Morena. Fue senadora. Fue titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Hoy Delfina de nuevo es abanderada de Morena al gobierno mexiquense. Lo fue desde 2017, cuando el entonces dirigente de ese partido, López Obrador, reconoció a medias el estrecho triunfo del priista Alfredo del Mazo y anunció que la maestra sería la candidata morenista para 2023.
Y a pesar de ello, a la maestra texcocana le cuesta harto el debate; le pesa hilvanar ideas frente al público, frente a una cámara de televisión. Lo que más tiene dominado es pronunciar esa frase, que acuñó hace seis años, de que “nos va a ir requetebién”.
A Alejandra del Moral también se le nota tensa. Limpia las comisuras de sus labios resecos en repetidas ocasiones. El peso del encargo es mucho. Es, ni más ni menos, que el de mantener el dominio político y electoral del estado que tiene el mayor número de votantes en el país, el que ha gobernado el Revolucionario Institucional desde hace casi ya cien años.
Del Moral sabe que es ahora o nunca y lanza una nueva embestida: “No hay peor acto de corrupción que robarle a los trabajadores. ¿Con qué cara puedes venir a hablar de eso, Delfina? Este puede ser un buen momento para que a todos los que defraudaste les pidas perdón. Delfina: ya perdiste una vez, vas a volver a perder”.
Ana Paula Ordirica, moderadora del debate, pide a Delfina explicar este tema de los “moches” a trabajadores del gobierno de Texcoco, cuando fue alcaldesa. Emplaza a la morenista que profundice en el tema. Los coordinadores de campaña de Delfina reclaman, lanzan gritos detrás de las cámaras de televisión.
Los detalles pesan en los debates, en el que se realizó este jueves y en los de elecciones pasadas. Yeidckol Polevnsky, candidata del PRD-PT en los comicios de 2005 al gobierno mexiquense, comentó que le costó la elección o muchos votos el haber dicho en un debate que su equipo de futbol favorito eran los Pumas, mientras que Enrique Peña Nieto, candidato del PRI-PVEM dijo que él le iba al Toluca.
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Los detalles suman y restan para los comicios de junio. Y ahí quedaron sólo dos de estos pequeños-grandes detalles: la corrupción y la capacidad para resolver las problemáticas en el Estado de México. Ni más, ni menos.