IGUALA, Gro.- El obispo de ladiócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, pidió algobierno de Guerrero dialogar por debajo de la mesa con ladelincuencia organizada para disminuir el nivel de violencia queafecta la entidad.
Entrevistado después de oficiar lahomilía dominical en la parroquia de San Francisco de Asís, alcelebrarse la fiesta del santo patrono de Iguala, Padre Jesús, eleclesiástico llamó a los presentes sumarse en oración por lapaz, tranquilidad y concordia de Iguala y de Guerrero.
“Los del gobierno de Guerrero sedan golpes de pecho y se persignan de que no pueden dialogar con elcrimen, oficialmente no lo pueden hacer pero debajo de la mesa síy valdría la pena hacer una estrategia común de cómo pacificar aGuerrero porque no debemos ser tan inocentes, arriba hay otra mafiacomo dicen y se debe aprovechar”, sostuvo SalvadorRangel.
El representante de la iglesiacatólica, admitió que los grupos de la autodefensa estáninfiltrados por la delincuencia organizada por lo que insistió quepara bajar los niveles de delincuencia se requiere la negociaciónya que en las altas esferas políticas hay vínculosdelincuenciales.
“Las policías comunitarias seconforman porque las instituciones no son capaces de solucionar losproblemas de inseguridad, pero también en las policíascomunitarias está implicado el crimen organizado donde defiendensus comunidades como a los narcos”, expresó.
Insistió en que el gobierno debedialogar con la delincuencia organizada para buscar una estrategiacomún como lo hizo Colombia, para reducir la incidencia deasesinatos y de esta manera Chilpancingo como Chilapa dejen deconsiderarse una de las ciudades más violentas junto conColima.
El obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa,manifestó que el gobierno de los tres niveles está perdiendoterreno al cometer arbitrariedades y violaciones de derechoshumanos como lo sucedido en Chichihualco con la Policía Federal,por lo que deben planear bien sus estrategias para que den buenosresultados y no sea contraproducente.
El representante de la iglesiacatólica, consideró crítica la situación que se vive en lacomunidad de Pueblo Viejo del municipio de Heliodoro Castillo,donde murieron 17 personas por la disputa del opio de gruposantagónicos de la delincuencia organizada luego de que elEjército Mexicano destruyera un plantío de marihuana.
Salvador Rangel dijo que hasta hace unos días lossacerdotes pudieron ingresar al pueblo, pero no ocurre con losmaestros quienes les impidieron que llevaran a cabo las clausurasde fin de curso y el acceso al pueblo.