Salamanca, Gto.- La singularidad propia de una ciudad tiene un tanto de eso en las actividades industriales sociales e incluso en atención a regulaciones ambientales; en el caso de Salamanca, los sectores energéticos y pasivos en la elaboración de pesticidas son agentes que se pueden atestiguar a través del olfato en esta ciudad que se ubica a la mitad del corredor industrial del estado de Guanajuato.
Salamanca es una ciudad que se caracteriza por sus olores en el ambiente, generalmente imperceptibles para los propios ciudadanos, pero a decir de foráneos, esta ciudad se caracteriza por sus aromas a combustible, residuos urbanos e incluso pesticidas.
A través de los cinco estados que atraviesa el cauce del río Lerma en México es y desde hace más de 50 años ha sido contaminado por descargas industriales y domésticas, además de que en varios puntos sus laderas se han convertido en convertido en tiraderos clandestinos donde se pueden encontrar electrodomésticos, muebles, e incluso animales muertos.
Por años, representantes de las asociaciones ambientales Valle del Lerma, Humanos por Amor a la Madre Tierra, el Observatorio Ambiental Ciudadano e incluso, en su momento, el Consejo Consultivo Ambiental, han demandado sin éxito la remediación y atención a los pasivos ambientales.
De acuerdo con los ambientalistas, la contaminación deriva de dos vertientes: la incapacidad de las autoridades para regular que se viertan solamente las aguas residuales previamente tratadas y la falta de cultura para la preservación del medio ambiente de parte de los ciudadanos quienes arrojan sus desechos en ese cauce y laderas.
En Tekchem
Actualmente se lleva a cabo el confinamiento en sitio de miles de toneladas de agentes tóxicos y cancerígenos que por más de 20 años, permanecieron a cielo abierto, principalmente plaguicidas organoclorados y fosforados, que en la actualidad están prohibidos al ser nocivos para la salud y el medio ambiente.
En el lugar, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) identificó más de 100 sustancias entre las que se encuentran plaguicidas, metales, azufre, plomo, mercurio y DDT, entre las más tóxicas y peligrosas, que al respirarse pueden provocar diversas enfermedades.
Lodos tóxicos
En la comunidad San José de Ulapa, se perciben olores parecidos a combustible quemado sobre todo durante la temporada de calor, debido al tiradero de residuos tóxicos que fueron vertidos por la empresa Quidesa, de los cuales solo se retiró un 10% de las más 30 mil toneladas en el sitio; en la opinión de los pobladores las concentraciones de olor se han incrementado con el calor y la humedad.
Emisiones contaminantes
Si bien la actividad industrial es un bastión importante para el desarrollo económico de Salamanca, los ciclos productivos de Petróleos Mexicano (Pemex), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y 126 empresas de competencia federal, han causado afectaciones que han derivado en fases de vulnerabilidad atmosférica y precontingencias por altas concentraciones de PM10, así como de SO2 (Dióxido de Carbono).
Durante 2023, en Salamanca hubo 168 días en donde se rebasaron los estándares de niveles de contaminación del aire, por las emisiones generadas principalmente por los procesos que lleva a cabo la Refinería Ingeniero Antonio M. Amor, lo que incluso llevó a que hubiera cuatro fases de precontingencia, cuando normalmente sólo hay dos por año, todas ellas en fechas de Navidad y Año Nuevo.
A destacar que Salamanca es una ciudad que se caracteriza por sus olores en el ambiente.