EMPALME, SONORA.- Aurelia Padilla, de 33 años de edad, viajaba en la carroza fúnebre donde transportaban el cuerpo de Carlos Francisco, su hijo, ejecutado la noche del jueves en la Colonia Bellavista de Empalme, Sonora cuando fue asesinada por un grupo de sicarios tras increparlos por atreverse a ir al funeral.
De acuerdo a las primeras indagaciones la madre de familia, amigos y parientes del occiso acababan de salir de un templo con destino al cementerio para enterrar al joven momentos antes de que sobreviniera la tragedia.
Fue cerca de las 18:20 horas de este sábado que la hoy occisa avistó a un grupo de hampones cuando viajaba sobre la calle Hidalgo entre Moctezuma y bulevar Las Américas en la Colonia Juárez de la mencionada ciudad costera y, al verlos bajó de la carroza para reclamarles.
Fue entonces que, sin apiadarse del dolor de una madre, los criminales hicieron sonar sus armas largas dejando fulminada a la mujer, quien quedó sin vida tendida sobre el pavimento, a escasos metros del ataúd de su hijo, al solamente buscaba sepultar.