TAPACHULA. Los albergues para migrantes Diocesano Belén y Jesús El Buen Pastor están rebasados en su capacidad para brindar alimento y alojo ante la continuidad de ingreso de migrantes haitianos que siguen llegando a “modo hormiga” a Tapachula, señaló el presbítero César Augusto Cañaveral.
El presbítero, quien es director del albergue Diocesano Belén y responsable de la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Tapachula, manifestó que en el refugio a su cargo se ha triplicado la atención ante el arribo inminente de migrantes haitianos que a diario recibe y en menor cuantía de otras nacionalidades. Augusto Cañaveral dijo que, aunque la población caribeña parece haber disminuido en la región, a “modo hormiga” llegan por la frontera Guatemala-Suchiate, sumándose a éstos los que están siendo deportados y trasladados desde el norte del país para luego de ser abandonados en esta franja fronteriza.
El activista expuso que la comida ya escasea porque se atiende a más de 400 migrantes, en su mayoría haitianos, que buscan apoyo, entre los que hay menores de edad y mujeres embarazadas, por lo que en los alrededores del inmueble permanece un grupo numeroso de extranjeros que busca la oportunidad para ingresar al refugio, que desafortunadamente ya no tiene capacidad para recibir a más personas.
“En los últimos días, la población haitiana ha regresado con mayor fuerza y ahora se han quedado a la intemperie. Esta población no afecta a los tapachultecos porque son unidos y no se dedican a delinquir. Hoy, lo único que buscan es tener un techo y alimento para lo cual nosotros hacemos un esfuerzo grande, pero nos estamos quedando sin comida porque subsistimos de la caridad, los gobiernos jamás nos apoyan”, aseveró el director del albergue Diocesano Belén.
Augusto Cañaveral comentó que las haitianas embarazadas ya fueron canalizadas al Distrito de Salud VII para que les otorguen un seguimiento o atención médica, sin embargo, ese es el único apoyo recibido.
