Para alguien que nació en otro país, visitar México por periodos largos es una experiencia única y, cuando resulta buena, difícil es convencerles de que vuelvan a su país. Así le pasó a Vidhi Sharma, quien nació en Dehradun, al norte de la India y quien desde 1996 que conoció este país se enamoró de su cultura, su comida y la calidez de su gente, por lo que decidió quedarse a vivir, primero en la Ciudad de México y desde hace varios años en Guadalajara, Jalisco.
Ella forma parte de una comunidad realmente pequeña de indios en la ciudad, la gran mayoría inmersos en actividades relacionadas con las empresas de tecnologías de información. “México es un país maravilloso y yo nunca me he sentido extranjera, porque la gente me ha cobijado mucho.
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Tuve problemas, tuve mis primeras luchas, pero nada tan grande como para decir que no me gusta y he tenido muy buenas experiencias día tras día”, explica.
Ella llegó a los 23 años a estudiar en la UNAM, donde obtuvo una beca por intercambio entre los gobiernos de India y México, para aprender español y conocer la cultura mexicana y tras concluir sus estudios, regresó a su país durante un año, pero lo vivido acá la hizo volver.
Trabajó en el centro de información de la ONU haciendo síntesis de las notas publicadas en periódicos de México que hacían referencia a la organización, donde traducía y enviaba a Nueva York los textos encontrados, pues además de su lengua hindi, habla inglés, español y un poco de alemán y portugués.
Sobre cómo han sido los 25 años viviendo en México, dice que “maravillosos”, pues además de aprender español, hizo una maestría en Literatura del Siglo XX en la Universidad de Guadalajara, donde actualmente es profesora de asignatura e imparte clases de hindi.
Sin embargo, más allá de enseñar idiomas, a Vidhi Sharma le apasiona compartir también su cultura y ha dado clases de cocina de la India, filosofía de yoga y medicina tradicional india, llamada ayurveda, y aunque ha pasado más de un cuarto de siglo en México, su familia todavía le pide que vuelva, pero a ella le gusta México y prefiere visitarles una o dos veces al año, pero seguir radicando acá.
Ella recuerda cómo poco a poco han crecido sus amistades con indios que llegaron a Jalisco a trabajar, principalmente en el sector de la alta tecnología, pues se han instalado varias empresas de su país en Guadalajara y Zapopan.
“Estaba en un restaurante y en la mesa siguiente había tres indios platicando que pusieron una empresa de software y me alegró mucho que inviertan en México, porque crecen ellos y crece México, eso es maravilloso para mí y para la economía, es una buena señal ver la relación entre ambos países”.
MÁS QUE TEQUILA
Ellos se han percatado que Guadalajara y Jalisco son más que un buen tequila, que es lo único que habían escuchado antes de vivir aquí.
Hay experiencias constantes de estudiantes originarios de la India que incursionan en el estado de Jalisco sobre todo en busca de oportunidades y experiencias relacionadas con el desarrollo de la cultura, educación y la ciencia; pero también quienes se han desarrollado aquí, tanto como parte de algunas reconocidas firmas tecnológicas como empresarios, ya dueños de sus propias fábricas y desarrolladoras de software. La Ciudad Creativa Digital que crece a un costado del centro de la ciudad, seguramente será un detonante de una mayor migración.
Para Xavier Orendáin Martínez Gallardo, cónsul honorario de India en Guadalajara, ambos países son muy parecidos, principalmente por la calidez de su gente y en México hay una confusión respecto a cómo se les debe llamar a quienes nacieron en la India, pues muchas veces se les dice hindúes, lo que es incorrecto.
“La palabra indio es la palabra para referirse al ciudadano de la India e hindú es una religión”, pero como “indio” en México se ha utilizado para referirse de manera despectiva a algo o alguien, la palabra suena fuerte como gentilicio de alguien de India.