Chiapas.- La medida tomada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, de recabar datos biométricos y robustecer el control en la frontera para los migrantes, no es la solución y únicamente es una política de discurso y palabra, pues los sistemas encargados de organizar a los extranjeros en su ingreso a México están colapsados, coinciden activistas a cargo de la caravana de centroamericanos próxima a salir hacia el país.
Por eso hay mucha gente quedando fuera de los beneficios que debería dar el mismo gobierno, asegura Irineo Mujica, integrante de la asociación Pueblo Sin Fronteras.
Mientras Luis, García Villagrán, coordinador del Centro de Dignificación Humana, asegura que los controles y permisos que extiende la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) han dado abrigo a pandilleros, asesinos e integrantes de grupos delictivos como las maras.
Ambos promotores del siguiente contingente a partir desde San Pedro Sula en unos días con destino en el norte, coinciden en que la medida del gobierno es solo discurso, dado que “el flujo de migrantes no se puede controlar”.
“Se trata de una amenaza velada contra los centroamericanos, están condicionando de más a estas personas. Si alguien comete un delito, que se vaya a al cárcel, no se debe juzgar más allá de los permitido a los migrantes”, afirma García Villagrán.
No obstante, anuncia que un grupo de activistas irá a la capital de Honduras para generar un padrón de aquellos que viajen, un registro que, dijo, será el de quienes no deben ni temen nada, pues aquellos que tienen cuentas con la justicia cruzarán por pasos informales.
El gobierno mexicano, en voz de Olga Sanchez Cordero, secretaria de Gobernación, señaló que se implementarán medidas y controles de flujo migratorio en la frontera México–Guatemala, como la obtención de huellas dactilares, registros, firmas y entrevistas.
Al final, comenta García Villagrán, la lista obtenida de las personas en tránsito será entregada al gobierno mexicano y a la Comar para colocar un filtro que evite los abusos por parte del INM y más confrontaciones, como ocurrió en octubre pasado cuando miles de centroamericanos ingresaron al país.
“Yo creo que esa no es la solución porque estamos siguiendo lo que quería hacer Barack Obama, estamos tratando de solucionar la situación a medias. Mucha gente no va a confiar en esos trámites teniendo organismos corruptos en México, lo intentamos en Tijuana y fue un caos con la caravana que pasó en diciembre”, dice. Para el promotor migrante, la solución es que se eliminen las visas y todo tipo de papeleo para los centroamericanos y puedan entrar y salir con permisos como lo hacen los mexicanos hacia Centroamérica.
Y aunque dice que López Obrador no complace a Estados Unidos, afirma que repite las políticas priistas que tanto criticó, "no hay ayuda a los migrantes, solo perjuicios”.
Los hilos de la caravana que partirá a mediados de enero a las 5:00 de la mañana, desde la Central Metropolitana de San Pedro Sula, Honduras, de nueva cuenta se dirigen a estas figuras, quienes encabezaran el contingente que en octubre pasado entró a Chiapas con el objetivo de llegar a EU y pedir refugio a las autoridades.