TUXTLA GUTIÉRREZ.- Debido al incremento en el precio de las gasolinas, desde 2017, autoridades estatales y federales detectaron la existencia de tráfico de combustible a México, procedente del vecino país de Guatemala, a través de balsas en el río Suchiate, en la frontera sur de Chiapas.
Esta práctica se desarrolló hasta la parte norte de la frontera del estado, incrementándose durante el cierre de ductos y el inicio de desabasto de combustibles en México, a través de las acciones de combate al denominado huachicoleo contra Petróleos Mexicanos, iniciado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Fueron municipios como Motozintla, Chicomuselo, La Trinitaria, Marqués de Comillas y Benemérito de las Américas, principalmente, los más afectados por estas prácticas de personas que, bajo el clandestinaje, trafican y venden combustibles a precios por demás económicos pero, también, de muy baja calidad, denunciaron empresarios.
Desde octubre del año pasado se canceló el suministro de combustibles en la Terminal de Almacenamiento y Reparto (TAR) de Tuxtla Gutiérrez, lo que los orilló al abasto en Salina Cruz Oaxaca, incrementando aún más los costos de traslado del combustible.
Estos puestos de ventas clandestinas se pueden apreciar a lo largo y ancho de las carreteras del estado de Chiapas, sobre todo, en las regiones de la Meseta Comiteca Tojolabal, Altos Tzozil Tzeltal, De los Bosques, Tulijá-Tzeltal-Chol y Maya, principalmente.
Hoy en día, se presume, son más de 400 mil litros diarios de combustibles provenientes de Guatemala, mismos que antes de llegar a Chiapas son alterados con etanol y almidón de maíz, lo que provoca a mediano plazo se acumulen restos en piezas específicas de las máquinas de los automotores, causando graves daños en los mismos.
Los precios de venta clandestina, oscilan entre los 16.50 y 17 pesos por litro, y principalmente se expende en las carreteras de Comalapa, La Trinitaria, Independencia, Maravila Tenejapa y Las Margaritas.