TIJUANA. El jueves fue clausurado el tasting room de la Cervecería Insurgente, icono de la cerveza artesanal mexicana, que está en medio de una disputa con el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla Valdez, ya que este argumenta que no debería operar en la Zona del Río en Tijuana, donde reside el hermano del mandatario morenista.
El cuarto de pruebas (tasting room) de Insurgente había sido clausurado desde el 5 de octubre, luego de que Jaime Bonilla, en ese entonces gobernador electo, se quejó ante funcionarios estatales de que el negocio no tenia los permisos adecuados y molestaba a los vecinos del área, los cuales presuntamente se quejaban del ruido en el local, que cada noche recibía a visitantes de ambos lados de la frontera.
En respuesta, el recién investido alcalde de Tijuana y también morenista, Arturo González Cruz, envió inspectores municipales a colocar sellos de clausura a la cervecería con el argumento de que a menos de 40 metros del tasting room hay un hospital, además de violentar otras disposiciones legales.
Insurgente reabrió apenas el 25 de diciembre, pero en menos de 24 horas fue nuevamente clausurada por presuntamente carecer de la documentación completa para operar.
HISTORIA DE ÉXITO EN RIESGO
En octubre de 2010, Iván Morales y su hermano Damián incursionaron en la industria cervecera durante el Oktoberfest de Tijuana ofreciendo bebidas artesanales que rápidamente ganaron adeptos.
A menos de un año de su primera salida al mercado ganaron el Festival de Cerveceros de Ensenada en el que obtuvieron un premio de cinco mil dólares que reinvertieron en la adquisición de equipo especializado para expandir su producción.
Iván, quien es egresado de la Universidad del Sur de California, llevaba meses probando en su hogar diferentes fórmulas que le dieran el sabor perfecto, obteniendo cervezas aromáticas, amargas y lúpulosas, influenciadas principalmente por los sabores de Estados Unidos y Bélgica.
Como resultado nacieron productos como Tinieblas, Juan Cordero y Lupulosa, esta última obtuvo el premio a Mejor Cerveza de México 2015, según RateBeer.com.
En ocho años el crecimiento de la empresa tijuanense fue tal, que vendía su cerveza en los estados de centro y sur de México donde fue bien recibida por consumidores conocedores y casuales, además que en octubre de 2018 expandió el tasting room abierto cuatro años antes, para poder recibir hasta 200 personas.
Es este espacio, ubicado sobre la Calle Juan Cordero en la Zona del Río, el que puso en el “ojo del huracán” a Cervecería Insurgente, la cual el 5 octubre de 2019 vio como era clausurado el lugar, apenas cinco días después de la entrada del nuevo gobierno municipal de Morena, encabezado por Arturo González Cruz.
En esa ocasión, la cervecería respondió: “en Insurgente pretendemos seguir siendo una de las cervecerías artesanales más emblemáticas de México. Habiendo cumplido satisfactoriamente con las solicitudes del gobierno de la ciudad”.
El gobernador del estado, Jaime Bonilla Valdéz no ha ocultado su molestia de que Cervecería Insurgente opere en la Zona Río, ya que apenas el 10 de diciembre, al ser cuestionado por la prensa local si la clausura se trataba de un reclamo de su hermano, el mandatario lo negó. “Yo fui el que me quejé, vi el desorden en una ocasión que tenían y pensé cómo es posible que hayan permitido una cervecería aquí, porque no era una cervecería, era una discoteca”.
El mandatario argumentó además que los permisos para el tasting room se obtuvieron vía tráfico de influencias ya que el tío de los dueños era subsecretario de gobierno.
Ante la ofensiva de los gobiernos estatal y municipal, Cervecería Insurgente ha guardado silencio y no ha desmentido que los permisos los obtuvieran por medio de un familiar. Sin embargo, a través de sus redes sociales Iván Morales señaló: “Lo tomamos como una flagrante agresión, desapego a la ley y a una violación a nuestros derechos. Dicen que nadie ni nada por encima de la ley, pero el gobierno municipal, por instrucciones del gobernador, está actuando totalmente fuera de regla”
MAL MOMENTO PARA LA INDUSTRIA
Luego de un crecimiento sostenido de la industria de cerveza artesanal en la región, 2019 no ha sido el mejor año para las productores que han colocado a Tijuana como la capital de la cerveza artesanal en México. El presidente de Asociación de Cerveceros de la Baja, Raúl Aispuro Funes, indicó que las 31 empresas de la ciudad han reportado una baja en sus ganancias por primera vez en varios años.
La clausura de Insurgente no llega en el mejor momento para esa industria, pues la marca es de las más representativas.