TAPACHULA, Chis.- El río Suchiate, que divide a México y Guatemala, se ha convertido en un basurero clandestino por parte de ciudadanos guatemaltecos y mexicanos que tiran todo tipo de inmundicia a las pequeñas lagunas que se forman debido al bajo nivel de la corriente.
La actual sequía en la Frontera Sur ha propiciado la formación de cúmulos de tierra que han fragmentado partes de este río internacional y generado que pequeños estanques con peces queden atorados entre agua sucia, desperdicios y hasta detergentes que usan algunas personas para lavar ropa en el afluente.
En el sitio ninguna autoridad vigila o sanciona a quienes arrojan basura, tampoco el paso de mercancías ilícitas que cruzan de México a Guatemala.
Incluso, si balseros que se encargan del traslado de estos productos observan la presencia de periodistas, intimidan y obstaculizan la labor a fin de evitar estas dos situaciones se conozcan.
El afluente se mantiene contaminado y la comunidad guatemalteca y mexicana no hace conciencia del daño que representa para las especies que habitan en esta corriente de agua.
Ahí se observan botellas de plástico, pañales, envolturas de productos, bolsas de nylon, comida chatarra y demás basura que se mantiene estancada.