PACHUCA.- El Valle del Mezquital, mediante el sistema de riego 03 y alto Alfajayucan 100, se ha convertido a lo largo de más de cien años, en el mayor campo de cultivo del país irrigado con aguas residuales.
La pujanza económica que generan las más de 82 mil hectáreas de riego lo ha convertido en el principal granero del estado de Hidalgo.
Maíz, frijol y alfalfa son los principales cultivos que permiten el sostén de los 59 mil 396 usuarios y sus familias que aprovechan estas aguas en los 22 municipios que comprende este sistema.
El decreto promulgado por el entonces presidente Porfirio Díaz, en 1893, permitió que los indígenas del Valle del Mezquital, que sufrían una extrema aridez en sus tierras, lograran tener el caudal de aguas residuales del Valle de México.
Entonces, por más de 126 años de manera ininterrumpida, los agricultores del Valle del Mezquital han logrado la conversión de zonas desérticas en verdes campos productivos.
La calidad del caudal, sin duda, se ha constituido en un tema controversial por la carga de metales pesados y contaminantes, circunstancia que habría de ser librada por la Planta Tratadora de Aguas Residuales, ubicada en Atotonilco de Tula, que podrá, según la Comisión Nacional del Agua, limpiar 43 metros cúbicos por segundo a partir de su puesta en marcha.
Algunos estudios, como la Evaluación de Aguas Residuales de la Ciudad de México utilizadas para Riego, de los investigadores Ronald Ontiveros y Lamine Diakite, hacen notar la disminución del tonelaje de producción a causa de la salinidad y sodicidad en las tierras a causa de las aguas contaminadas por procesos industriales y metales pesados.
Este tipo de problemas por la calidad del líquido, desde 2002 dio sus primeros pasos para encontrar una solución al iniciar la CNA análisis de ingeniería para la instalación de plantas tratadoras que permitieran una mejor utilización.
En julio del 2010, el gobierno de Felipe Calderón dio el banderazo para la construcción de la PTAR de Atotonilco de Tula, considerada como líder en su tipo en Latinoamérica y para ello, se habría de invertir nueve mil 389 millones de pesos privados, como públicos. La construcción programada a seis años enfrentó desde clausuras, huelgas, paros y hasta demandas.
La importancia de este sistema de riego, lo cuenta don Luis Martínez González, quien confía a El Sol de Hidalgo que la agricultura “ha sido toda mi vida, porque de aquí salió para mantener a mi familia y lo sigue haciendo”.