Entra la noche del lunes 6 de septiembre y la madrugada del 7, la ciudad de Tula quedó bajo el agua debido al desbordamiento del río con el mismo nombre, afectando a cientos de familias, que de un momento a otro tuvieron que refugiarse ante la inundación.
Alejandro Parra Martínez, propietario del estudio de tatuajes "El Portal Ink", ubicado en el Andador Turístico Quetzalcóatl, a 20 metros del río Tula, relató que su patrimonio, literalmente, fue arrastrado por el agua.
El pasado 26 de agosto había celebrado el quinto aniversario de su negocio. Había ganado reconocimiento y consiguió adquirir equipo para tatuar e mobiliario para hacer del sitio un espacio agradable y cómodo para sus clientes, además de que en el lugar tenía almacenadas pertenecías de gran valor sentimental.
Pero, aunque Alex perdió todo lo que tenía, su mayor pesar es que sus abuelos, Manuel Parra y Teresa Montoya, y su tío José Parra y su familia, que viven en esa misma propiedad, también se quedaron sin nada, porque la casa se inundó hasta el techo y se dañaron o perdieron también objetos que no pueden sustituirse, como la urna donde estaban las cenizas mortales de su papá.
Nadie nos advirtió del riesgo
De los momentos que vivió, durante la inundación, Alex cuenta que como el río Tula iba alto, estuvo pendiente todo el día del clima y el nivel del río y por la noche como a las 8:50 de la noche se enteró que en Tepeji tenía problemas con el agua preguntaron a Protección Civil de Tula si había riesgo de inundación y les dijeron que en ese momento no.
Alex narró: “A las 9:30 de la noche, más o menos, mis amigos de la 16 de Enero, me hablaron para decirme que el agua estaba saliéndose del río y fui para mi casa.
Como en otras inundaciones lo más que ha subido el agua son 80 centímetros, pues subimos lo más que pudimos en alto. Y de la casa de mis abuelos sacamos algunas cosas a la casa de otros familiares.
Veníamos de regreso a eso de las 10 de la noche nos dimos cuenta que en el puente Zaragoza comenzaba a salir el agua y fuimos a avisarle a sacar a mi familia y a avisar a los de la calle. Teníamos apenas de 10 minutos de haber llegado cuando ya teníamos el agua que salía de la coladera a las rodillas, luego se comenzó a salir el agua del río y supimos que todo se iba a inundar, pero ya no pudimos recatar nada.
Solo nos dio tiempo sacar a mis abuelos y a otros vecinos que también son mayores, el resto se quedaron atrapados. Nos quedamos parados en la esquina de la calle Moctezuma, viendo cómo subía el agua, cómo entraba a las casas y rompía los virios, arrancaba las puertas y las cortinas de los negocios y sacaba todo. En mi casa el agua llegó al techo. Inimaginable.”
Refirió también que la fuerza de la corriente era tal a las 3 de la mañana, que el agua arrancó el puente colgante por el que se atraviesa hacia la colonia 16 de Enero y la Zona Arqueológica de Tula.
Alex Parra, quien apenas está iniciando la tercera década de su vida y quien tiene la responsabilidad de sacar adelante a un pequeño de dos años dice que, de momento, con el shock de la devastación que presenciaron y que además les afectó de manera directa, no tiene idea de cómo comenzar de nuevo.