Han transcurrido 30 años desde aquel 2 de octubre en que un avión DC-64 cargado de droga despegó de Colombia con destino al estado de Chihuahua, México, donde aterrizaría en la zona caliente del triángulo dorado conformado por la colindancia geográfica de los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, para que un grupo delincuencial posteriormente llevara su carga por tierra a Estados Unidos.
Se trata de un avión tetramotor DC-64, construido en 1953 por la Douglas Aircraft Company en los Estados Unidos, que tras muchos años de prestar servicio como avión de carga, pasajeros y narcoavión, ahora es un juguete para niños.
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De cómo el avión fue interceptado por las fuerzas militares mexicanas, que lo hicieron descender en el poblado de El Ojito, en el estado de Durango, ha sido descrito en varias series televisivas que tratan el tema del narcotráfico en el país.
El avión con matrícula HP-3627X, dicen pertenecía al cartel de Cali -enemigo del cartel de Medellín de Pablo Escobar-, en ese vuelo transportaba cuatro toneladas de droga, su destinatario era el narcotraficante Concepción Peña Rodríguez, alias "El Chon", originario de la cercana ciudad de Parral, Chihuahua, quien fue detenido en el lugar por la Policía Judicial Federal, señalan las crónicas periodísticas de la época.
Forzado a bajar, el avión perdió su tren de aterrizaje delantero al recorrer varias parcelas del poblado, donde fue abordado por la Policía Judicial Federal, llevando a cabo el decomiso y dejando el aparato en el lugar, que por estar inservible quedó en el olvido.
El avión ahí en medio de la parcela de Don Mariano Villalobos, a pie de carretera, servía de escenario para las fotografías que curiosos se tomaban al pasar, al descubrir tremendo aparato en medio de la nada.
Así transcurrieron 9 años y los primeros meses del 2001, cuando Miguel Jurado Contreras, alcalde panista de Hidalgo del Parral, en el estado de Chihuahua, recuerda que solicitó al Gobierno Federal la custodia del aparato, para colocarlo como atracción en lo que se convertiría en la Ciudad del Niño, de las últimas obras durante su administración de tres años.
El traslado del enorme avión no fue cosa sencilla, platica el exalcade de Parral, El Ojito, Durango se encuentra a 60 kilómetros de distancia de Parral, había que sacarlo de la milpa de Don Maximiliano Villalobos, donde estaba aparcado y muy deteriorado, luego montarlo en una grúa y por una carretera de doble sentido, y angosta, llevarlo a su nuevo destino.
Muy a su manera, Miguel Jurado Contreras apunta, la verdad, quienes batallaron con todo el trabajo y la logística, fueron Flavio Acosta y el Ing. Luis Sáenz, que estaban en la dirección de Obras Públicas.
Sólo ellos saben cómo lograron el traslado y cómo lo montaron en el pedestal de concreto donde se encuentra actualmente, dice, sonriente el exalcalde.
Lo arreglamos como sala de conferencias, con nuevos asientos, una pantalla y ha servido desde entonces para disfrute de los niños, y como academia de vialidad para quienes tramitan sus licencias de conducir, dijo.
Luego señala, me da mucho gusto que lo hayan restaurado y que el día de hoy, precisamente en el Día del Niño, lo vuelvan a poner al alcance de los niños de Parral, que se haya rescatado la Ciudad del Niño después de dos años de pandemia.
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Precisamente el actual alcalde de Parral, César Peña Valles, reapertura con un gran evento dedicado a los pequeños el parque infantil inaugurado hace ya 21 años por Miguel Jurado, donde permanece para la historia, ese avión construido en 1953, que sirvió para transporte de carga y pasajeros, que transportó droga en su último vuelo, y ahora es un juguete para los niños.
Originalmente publicado en El Sol de Parral