Observadores de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) y personal de la Secretaría de Salud realizan un censo para ubicar a los desplazados que se encuentran refugiados en la parroquia Presa El Rosario en Apatzingán, en el estado de Michoacán.
Las más de 200 familias que se encuentran en el lugar provienen de las comunidades Llano Grande, El Alazán, Las Bateas y Tepetate, por lo que ahora buscan algún techo y piden trabajo temporal en la zona.
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Una mujer narró a El Sol de Morelia que es originaria de Tabasco, pero hace 10 años migró a la Tierra Caliente michoacana para buscar un mejor ingreso junto a sus hijos. Sin embargo, desde inicio de mes las balaceras en el rancho de Las Bateas fueron creciendo y ya no hubo condiciones para quedarse a vivir ahí: "Llegaban por las noches y rafageaban hasta las casas, decían que eran del Cártel de Jalisco", dijo.
Por su parte, el sacerdote Jorge Armando Vázquez aceptó que la situación es inédita, pues aunque no es la primera vez que se presenta algún éxodo, nunca había sido de semejantes proporciones.
"Salieron huyendo de los enfrentamientos armados, es gente muy humilde, muchos de ellos viven en casas con techo de lámina, y ahora no saben cómo seguirán adelante".
Los desplazados empezaron a dejar sus rancherías de origen desde el pasado 9 de junio.
Publicado en El Sol de Morelia