Más de 80 kilogramos de cera se convirtieron en velas que iluminaron diferentes parques de Xalapa con motivo de la tradición del Día del Niño Perdido.
Desde hace 25 años esta tradición, originaria de la zona norte del estado, reunió a familias y parejas que encendieron una vela en el paseo de Los Lagos, el puente “Xalapa” y los parques Juárez, Bicentenario, María Enriqueta, así como Los Berros.
Como cada año los xalapeños salieron a las calles, parques y jardines para colocar una vela para iluminar el trayecto por donde caminará el niño Jesús de regreso con sus padres María y José.
Los grandes se encargaron de encender las velas, ayudar a los nuevos participantes en la colocación de estas sobre el piso y los pequeños hacían la entrega de las piezas que portaban en carritos de cartón y que eran jalados con hilos, listones o mecates.
Esta tradición, que se realiza también en Gutiérrez Zamora, Poza Rica, Tuxpan, Álamo, Papantla, y Cerro Azul, concentra a decenas de personas que desde hace más de dos décadas se unieron a esta tradición.
La celebración de este día es en conmemoración al pasaje bíblico cuando el Niño Jesús se extravía en Jerusalén y sus padres María y José lo encuentran tres días después en el templo de Salomón, donde estaba platicando con los sacerdotes.
Las velas se encienden para recordar este pasaje e iluminar el camino de Jesús para ayudarle a regresar a casa; sin embargo, hay quienes aseguran que las luces son para que los niños que se han extraviado encuentren el camino a su hogar.
El apoyo de las familias xalapeñas se ha demostrado desde la primera realización de este hecho, ya que en las calles de El Dique, los parques Juárez, Los Berros, Bicentenario y Maria Enriqueta, así como el paseo de Los Lagos se pudieron observar decenas de velitas encendidas que iluminaron el paso de los transeúntes.
En Tuxpan cada 7 de diciembre a las 7 de la noche suena un silbato desde el centro de la ciudad y posteriormente se encienden las velas colocadas por chicos y grandes. En esta ciudad, algunas de las velas se colocan en el “Callejón del Niño Perdido”.