“Gracias al apoyo de mis padres y lo empática de la gente y sobre todo de las autoridades, eso me ha ayudado mucho para levantarme, armarme de valor, decir ya basta y poner mi denuncia para que se haga justicia”, reveló la joven Sofía quien fue abusada sexualmente por un hermano lasallista de nombre Alejandro.
Sofy indicó que no fue la única que vivió esta situación, sino hay más, alrededor de cinco jovencitas más, "pero he tenido el valor para denunciar y sólo quiero que se haga justicia, por lo que exhorto a que se denuncie, que no se tenga miedo para que no haya una víctima más".
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Entrevistada por El Sol de Durango, relató: “Mi familia le tenía mucha confianza, pues llegaba a mi casa a comer, cenar y a convivir, de ahí que se le tomaba como un integrante más de la familia y el año de 2016 cuando tenía 18 años acudí como voluntaria a El Salto, Durango, siendo director Alejandro “N”, quien a la vez ponía las normas, tales como retirarles el celular; de ahí que no tenían mucho contacto con sus familiares”, dijo.
"En aquella ocasión para acercarse conmigo me dijo: Yo te voy a ayudar con tus miedos, luego comenzó a visitarme por las noches después de que hacíamos las oraciones a eso de las 23:00 horas, pero en la primera visita que me hizo, al estar en El Salto, me preguntó ¿cuánta confianza me tienes?, le respondí que mucha, pues ya lo conocíamos desde que iba a mi casa con mi familia", reveló la joven.
"Pero al saber que yo le tenía mucha confianza, me dijo: muy bien, voy a ayudarte con tus miedos, con el miedo a la oscuridad, en ese momento es cuando me pidió que me quitara la ropa y luego a comenzó a tocarme; después, en otras sesiones comenzó con tocamientos y luego durante el día me daba nalgadas, así fueron subiendo de tono, lo cual me incomodaba y así duró los 6 meses”.
“Llegó el momento en que frené esto, me di cuenta del daño que me estaba haciendo y no podía entender cómo un religioso, una persona que tenía toda la confianza de mi familia, estuviera abusando de mí”, explicó.
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"Luego terminé mi año de voluntaria y quise dejar todo eso en el pasado, pero no pude, pues él siguió intentando hablar conmigo, siguió intentando contactarme y tuve que bloquearlo de mis redes sociales, pero siguió teniendo contacto con mis padres; al ver esto, me entró angustia y desesperación y le escribí una carta a mi madre donde le conté lo que pasé en El Salto".
"Ahí se dio cuenta mi madre de la situación y me brindó todo su apoyo, por lo que me llevó a recibir ayuda psicológica y psiquiátrica, dándome cuenta de que fui abusada por esta persona, por lo que, con el apoyo de mis padres, me animé a levantar una denuncia y decir basta, porque también me di cuenta de que no fui la única que pasó esta desagradable experiencia con el hermano Alejandro"
"Cuando mis padres hablaron con los hermanos lasallistas diciéndoles lo que sucedió, ellos les pidieron que yo hiciera una carta de hechos, la cual fue muy difícil, pero la hice, luego se la entregaron, pero lo único que hicieron es que quitaron al hermano Alejandro de El Salto y lo mandaron a Monterrey, donde indicaron que ahí recibiría ayuda psicológica", declaró.
"Pero lamentablemente nos dimos cuenta que el hermano Alejandro sigue en las redes sociales, viajando y en contacto con voluntarios y exvoluntarios, eso nos causó una gran molestia, de ahí que mis padres volvieran a hablar con el visitador Gabriel Alva, pero no hicieron nada y sólo nos dieron la espalda los lasallistas, ya que sólo protegieron al hermano Alejandro y eso es ser cómplices de esta anomalía", indicó la víctima.
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En forma valiente, dijo, “Nadie debe tener miedo en poner denuncias, no debe haber una víctima más”, pero se debe hablar para que se haga justicia”, además agregó, “Sólo busco que se haga justicia y tengo confianza en nuestras leyes”.
Se le cuestionó si recibió alguna amenaza de este lasallista, indicó, “no, en ningún momento me amenazó, pero si me chantajeaba, pues me dijo una vez que ese día no había podido dormir, porque tuvo un sueño y en ese sueño decía que yo contaba todo y que a él lo metían a la cárcel y eso hacía sentir muy culpable y se sentía muy angustiado, a lo que le respondí que no se preocupara, que no le contaría a nadie, pero luego me di cuenta que eso mismo le contaba a otra compañera”.
Eso me hizo saber que Alejandro era bastante manipulador, bastante inteligente y que sabía cómo darnos para acceder a más.
“Hacia el hermano siento coraje, tristeza e impotencia, me da mucho coraje no poder recordar mi año de voluntaria como algo feliz, no poder recordarlo como el mejor año de mi vida, sino que fue un año oscuro, donde fui abusada, de ahí que no es justo lo que estoy viviendo ahora, ya que mi vida se ha trastornado mucho, tengo depresión, ansiedad, trastorno del sueño”, señaló.
La joven Sofía dijo, “Si yo no puedo dormir tranquila, él tampoco debe dormir tranquilo”, a la vez que invitó a otras víctimas a que hablen, a que denuncien, pues a lo mejor al principio es difícil porque se vuelve a recordar lo vivido, pero "tenemos una justicia en nuestro país que nos va ayudar, no tengan miedo para que no haya una víctima más”, finalizó.