A pesar de las acusaciones de desvío de recursos en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) no se han encontrado evidencias de corrupción en las cuentas universitarias de la administración anterior, ni la presunta participación en la simulación para la Secretaría de Desarrollo Social, reveló el rector Gustavo Urquiza Beltrán.
En entrevista exclusiva con El Sol de Cuernavaca, Urquiza Beltrán advierte que se ha entregado a las autoridades responsables en los gobiernos estatal y federal toda la información que han solicitado para que estos organismos sigan adelante con las auditorías, “queremos ser lo más transparentes posible. Hasta el momento, las observaciones que se han hecho a las finanzas universitarias han sido menores y de tipo administrativo, sin evidencia alguna de corrupción".
Sobre la crisis universitaria el rector señaló que la institución educativa no incrementará cuotas para hacer frente al déficit de más de mil 600 millones de pesos que enfrenta, que el plan de austeridad de la UAEM incluye la reducción del 10% en los salarios de directores y de personal de la administración central universitaria; la compactación de áreas administrativas, la reducción de personal o de categorías salariales en las unidades académicas que así lo permitan; pero no el incremento de cuotas ni la reducción de la presencia institucional en 22 de los 35 municipios del estado. “No estamos considerando aumento de cuotas para no afectar a los estudiantes con la crisis de la universidad”, advierte, al referir a la propuesta que el gobierno del estado ha hecho insistentemente sobre la reestructuración financiera de la institución.
Gustavo Urquiza comenta que ha invitado a los sindicatos a aportar en el saneamiento de las finanzas universitarias sin que ello signifique lesionar los derechos laborales, pero también ha sido estricto con el gasto administrativo reduciendo el pago de celulares y vales de gasolina, reubicando a personal administrativo y congelando (ya van 50) plazas que se desocupan en la reorganización y compactación de las oficinas universitarias. “No vamos a reducir todo el déficit, pero ayudará”, comentó al margen de informar que en unos meses tendrá que acudir nuevamente a la Secretaría de Educación para revisar los avances, junto con rectores de otras universidades en crisis que tienen también sus propios planes de austeridad y reducción del déficit.
El rector refiere que uno de los problemas estructurales de la institución es que muchos de sus programas académicos se han alejado de las necesidades productivas del estado, llevando a que los alumnos no logren empleos de calidad con lo que la tributación es más baja y con ello también las posibilidades del estado para financiar instituciones de educación superior.
También deberá considerarse, reconoce, el incremento de la matrícula con el incremento del presupuesto a las universidades. El incremento de la matrícula en una medida muy dispar al incremento del presupuesto “es lo que nos ha pasado a nosotros con este problema estructural que desde hace muchos años las universidades hemos incrementado matrícula, pero no nos han incrementado el presupuesto, por lo tanto tenemos más plazas”, lo que presiona las finanzas universitarias, explica.