TAPACHULA.- El paso de extravío denominado “El Armadillo”, en Ciudad Hidalgo, no ha registrado ni un solo migrante, mientras que muy cerca de allí, a unos cuantos metros, en el paso “El Coyote”, a decenas de centroamericanos se les impide el paso a Ciudad Hidalgo por no contar con papeles o permisos en regla. Se regresan por donde llegaron, en las mismas balsas que les cobraron 10 quetzales (unos 25 pesos) por transportarlos río arriba.
Mientras un cerco militar y migratorio opera las 24 horas del día en un área no mayor a los 6 kilómetros, una familia de guatemaltecos conformada por padre, madre y dos pequeños ha burlado la angosta inspección de la Guardia Nacional, del INM y un punto de revisión para adentrarse en Tapachula e intentar seguir avanzando por México.
Los pasos de extravío comunes han dejado de ser utilizados por coyotes y migrantes, ahora optan por desviarse algunos kilómetros a lo largo del Suchiate para burlar a las autoridades entre matorrales y plantaciones de maíz.
Pese a esto, el flujo migratorio ha disminuido en números considerables. En el retén de El Manguito, en la carretera que lleva de Ciudad Hidalgo a Tapachula, un agente migratorio afirma que en el turno que comprende de 4 de la mañana a mediodía, aseguran a un máximo de 10 indocumentados, cuando antes de los operativos y la entrada de la Guardia Nacional arrestaban hasta a 50 extranjeros.
La Guardia Nacional ha ahuyentado a los extranjeros sin papeles que cruzaban en horas de la madrugada por el río que divide a México y Guatemala, pero el modus operandi de los traficantes de humanos los ha orillado a buscar veredas en la montaña de la sierra de Chiapas y puntos ciegos en la costa del Estado.
Para el Centro de Dignificacion Humana A.C., la presencia de militares en la frontera sur ha fortalecido el tráfico de humanos. “Son 13 municipios de Chiapas que comparten frontera con Guatemala, Tabasco tiene tres municipios colindantes con Guatemala también, y Quintana Roo comparte tres de municipios en frontera con Belice, por allí se está fortaleciendo el paso de personas en grupos pequeños, a veces en grupos grandes”, dijo Luis Villagrán, director de esta asociación civil.
La prueba fehaciente de la burla de puestos de control y revisiones se ha constatado desde inicios de junio.
SHOW MEDIÁTICO
Para Rubén Figueroa, activista del Movimiento Migrante Mesoamericano, la entrada de la Guardia Nacional significó un show mediático para complacer al gobierno de Donald Trump.
Al mismo tiempo, asegura que la presencia militar representa un peligro aún más fuerte para los migrantes, porque la GN atacó a los grupos más vulnerables y no a los criminales que trafican con humanos. Además, significa también que los costos por ser transportados aumenten, pues al haber demanda, los traficantes de humanos abusan en los cobros que hacen en dólares.
“Los mismo soldados que tenía Calderón y Peña Nieto ahora están con uniformes nuevos y en operativos que buscan vislumbrar”.