El ejército de Guatemala y la Policía Nacional Civil ( PNC ) tomaron el control del puente internacional que divide a México con este país centroamericano.
Los oficiales confiscaron balsas que operaban para el cruce de personas.
Con esta medida, el gobierno del presidente Alejandro Giammattei extiende aún más el cierre de sus fronteras y las medidas cautelares por la crisis de coronavirus Covid-19 que azota en el mundo.
"La frontera está cerrada, ahora sí, la gente que cruza es bajo su propio riesgo, pero se está impidiendo que operen estas balsas y por arriba del puente se toman también medidas serias", relata un oficial de la PNC asignado en el puente Talismán- El Carmen.
Ciudadanos guatemaltecos también intentan ingresar a su país, por lo que tienen que someterse a una estricta revisión que va desde la toma de temperatura hasta un interrogatorio de los sitios y condiciones donde estuvieron durante su estadía fuera del país.
"Nosotros venimos del Distrito ( Ciudad de México) porque tenemos a mis hijos viviendo y estudiando allá y vamos a visitarlos, pero ya estamos de vuelta y pues nos tenemos que adecuar a las medidas para saber que estamos bien", afirma Martha Celorio.
Los chapines también pueden salir de su país con la consigna de sujetarse a las revisiones correspondientes para retornar e ingresar a territorio centroamericano.
Ahora son "mulas humanas"
Los balseros se han quedado sin su instrumento de trabajo, pero la necesidad los ha llevado a ofrecer viajes... en sus hombros.
Los hombres que solo portan ropa interior cobran 15 pesos mexicanos por cargar al hombro a las personas o conducirlas por la fuerte corriente del Río Suchiate para que no pierdan el control y lleguen a salvo de un lado a otro.
"Aquí vino el ejército de Guatemala y nos quitó las balsas, pero tenemos que comer y nuestras familias también, ahora tenemos que buscarle y somos guías para que la gente que no quiere pasar por arriba del puente pase por aquí abajo”, afirma uno de los ex balseros.
Puede tomar su foto, pero no nos tome cuando cargamos a la gente porque luego nos chingan
Las autoridades de Guatemala mantienen un control de la frontera, mientras del lado mexicano todo es desierto y sin actividad de las autoridades migratorias y policiales que allí operan.
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