Hoy hace 17 años, el 21 de octubre de 2005, el huracán Wilma golpeó con lluvias torrenciales, marejadas de más de 12 metros y vientos de hasta 295 kilómetros por hora, toda su furia sobre las costas de Quintana Roo, principalmente sobre Cancún.
Con categoría 5 y considerado un “monstruo” por sus enormes dimensiones, el poderoso huracán se estacionó durante cinco días sobre la Península de Yucatán y devastó casi por completo a Cancún, y causó graves daños a Cozumel, Playa del Carmen e Isla Mujeres.
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Wilma ha sido, hasta la fecha, el huracán más destructivo que se haya registrado en México.
Toda la infraestructura hotelera y turística sufrió daños cuantiosos, se derrumbó toda la red eléctrica, más de 3 mi l postes cayeron y Cancún estuvo tres semanas sin electricidad.
Comercios fueron destruidos y saqueados por los habitantes que buscaban comida y de paso aprovecharon la rapiña de ropa y aparatos electrodomésticos.
La reconstrucción duro varios meses para que Cancún se volviera a levantar, pero se logró gracias a los apoyos de la federación; se restablecieron las telecomunicaciones y las vías de comunicación terrestres.
Finalmente, las pérdidas fueron incuantificables tras el paso del huracán en la costa norte de Quintana Roo.
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Hoy Wilma es historia, pero año con año, durante seis meses que dura la temporada de huracanes, los quintanarroenses se mantienen en alerta porque Cancún y Quintana Roo están en la ruta de los huracanes del Atlántico y el Caribe.