GUADALAJARA.- Cerca de 200 familias de cinco rancherías de la delegación de Mechoacanejo, en el municipio Teocaltiche, abandonaron sus hogares ante los constantes enfrentamientos entre sicarios de los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa, registrados en los límites con Zacatecas durante las últimas semanas.
Las familias tuvieron que salir de sus casas a pie, en auto o con ayuda de otras personas para ponerse a salvo de los enfrentamientos entre grupos antagónicos de la delincuencia organizada.
▶️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
Las comunidades que hoy parecen pueblos fantasma son El Saucito, Rancho Santo, Rancho Mayor, Aguatinta y Los Pocitos. “Se vinieron sin nada, dejaron todo allá en su comunidad. Prácticamente nada más con la ropa que traían puesta se vinieron”, detalló en entrevista telefónica el padre Manuel, párroco de la iglesia del Divino Salvador.
Al menos 100 familias se refugiaron en esa parroquia; el resto de los desplazados se instaló con familias de la delegación de Mechoacanejo que les abrieron las puertas de sus casas.
“Son esas cinco comunidades. Aquí en la parroquia, cabecera de Mechoacanejo, tenemos albergadas cerca de 100 familias.
Las demás se quedaron con diferentes familias que gracias a Dios nos han abierto las puertas de sus casas, de sus corazones.
Han sido muchas familias las que nos han brindado el apoyo para ellos”, detalló el párroco de la comunidad.
El éxodo de los pobladores de estas rancherías que se localizan en los límites con el estado de Zacatecas comenzó al inicio de la semana, debido a las balaceras que se registraban en la zona, pero los enfrentamientos que se dieron entre jueves y viernes orillaron a más personas a dejar su patrimonio para salvar sus vidas.
Los pobladores de la comunidad El Rosario quedaron aislados. Ellos no pudieron salir de su ranchería debido a que quedaron en medio de los enfrentamientos que se dieron entre grupos delictivos.
Hoy, las personas desplazadas viven con la incertidumbre de no saber hasta cuándo van a poder regresar a sus hogares por el temor a los grupos delictivos.
“Sabemos que esto no se va a acabar en un día. Aunque puedan mandar el apoyo de la militarización, son cosas que van a tardar y la gente no va a regresar con tanta facilidad a sus casas”, detalló el sacerdote.
“Las patrullas del estado, de la Guardia Nacional y del Ejército, hacen sus rondines, pero no son suficientes para inhibir la presencia del crimen organizado”, agregó.
El Gobierno municipal publicó en redes sociales un comunicado donde anunciaba que “la población que se ha visto afectada no está sola, en la delegación Mechoacanejo se les está apoyando con víveres y se habilitan más albergues temporales en conjunto con la parroquia del Divino Salvador. Si alguien requiere ayuda puede acercarse a las oficinas de la delegación a solicitarla”.
Casi 12 horas después del último incidente, la Fiscalía de Jalisco informó sólo de enfrentamientos con saldo de un muerto, y que trabajan en la zona los tres niveles de Gobierno.
Un reporte al número de emergencias alertó a las autoridades de la presencia de varios sujetos armados en la localidad de El Saucito, en el municipio de Teocaltiche, y poco después se notificó de daños causados a varios vehículos.
Los cuerpos de emergencia arribaron a esa población, a la altura de la carretera que conduce a El Rosario, y encontraron sin vida a un hombre en el exterior de uno de los autos. El cuerpo estaba maniatado y presentaba huellas de violencia. Los agentes también hallaron vehículos con múltiples impactos de arma de fuego de grueso calibre. Con información de Elizabeth Ibal y Víctor Chávez /El Occidental