VILLAHERMOSA. De 2015 a 2019 Tabasco perdió 10 mil 776 empleos directos, situación que lo ha colocado desde entonces en los primeros lugares en materia de desocupación, fenómeno que no se ha logrado revertir ni con la llegada de la Cuarta Transformación que encabeza a nivel nacional el presidente tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, y a nivel estatal el gobernador Adán Augusto López Hernández.
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Tabasco, José Luis Zúñiga, reconoció que no se ha logrado superar esa debacle, por lo que se necesitan acciones que genere más riqueza en las empresas.
Ni el arranque en 2019 de la tan sonada obra de la nueva refinería de Dos Bocas en el municipio de Paraíso ha logrado frenar el desempleo, que desde hace años se encuentra en caída libre.
Esto, a pesar de creencia popular de que por tener un presidente de México tabasqueño se tendría una gran mejoría en el rubro económico.
Tan sólo en 2018, que fue el último año de la administración de Arturo Núñez Jiménez, en Tabasco se perdieron tres mil 244 empleos, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cuyo último reporte estableció que en el primer mes de este año la entidad tuvo una pérdida de 24 empleos, al pasar de 171 mil 220 a 171 mil 196.
De este modo, ha sido un tema recurrente en los últimos cinco años, que Tabasco continúa encabezando las listas tanto de desocupación como de falta de generación de empleos.
Y aunque en la actualidad la cifra de desocupación ronde los 6.7 por ciento, no hay que olvidar que se llegó a alcanzar niveles de hasta un 8.4 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), situación que ha prendido focos rojos en más de una ocasión.
En el caso de Tabasco y Campeche, esta situación se agravó con la crisis petrolera que representó la cancelación de miles de plazas de Petróleos Mexicanos afectando zonas como Paraíso y Villahermosa, en Tabasco; Reforma, en Chiapas, y Ciudad del Carmen, en Campeche.
Si bien es cierto que la desocupación es un fenómeno global, no privativo del estado, también lo es que Campeche, a pesar de haber sido golpeado también por esa crisis petrolera, y que por varios meses acompañó a la entidad en los primeros lugares en desocupación, ha logrado salir de esa lista.
En este sentido, José Luis Zúñiga, presidente de la Coparmex en Tabasco, reconoció que aún no se ha logrado superar esa debacle: “Necesitamos que se haga crecer a la economía, y recuperar los cerca de 10 mil 776 empleos perdidos desde 2015, que en su momento reportaron las Juntas de Conciliación y Arbitraje Estatal y Federal”.
Indicó que las empresas son el verdadero motor del estado, ya que su capacidad transformadora y aportaciones alcanzan a sus proveedores, a sus clientes, a sus colaboradores, a sus accionistas, al gobierno, a sus comunidades y a su entorno, pero que corresponde a los gobiernos la responsabilidad ineludible de crear condiciones para que las personas y las empresas, con trabajo e inversión, forjen por sí mismas su destino.
“Nos urgen mecanismos que atraigan inversión, faciliten la apertura de empresas y su operación cotidiana, para que haya más negocios que permanezcan en el mercado, crezcan, se consoliden y rompan con el promedio de que el 70 por ciento de las empresas en México, mueren en el primer año de su creación”, aseveró.
Cabe señalar que al cierre de 2019 Tabasco registró seis años consecutivos con el primer lugar nacional en tasa de desocupación, pero la crisis del sector petrolero inició en el segundo semestre mitad de 2014, situación que todavía impacta en la economía y mercado laboral de Tabasco, que en 2013 era la octava economía más grande del país, con una aportación de 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional; cifra que para 2019, descendió a la posición 17 con el 2.2 por ciento del PIB de México.
El Inegi reportó recientemente que se cerró 2019 con más de un millón 942 mil mexicanos sin trabajo, teniendo Tabasco la tasa más alta con 6.4 por ciento.