35 segundos dura la oportunidad de conseguir dinero para viajar a una competencia de baile; para otros, conseguir comida. El viejo trabajo del espectáculo en cruceros sigue pariendo historias en cada alto de las calles de Culiacán, Sinaloa.
Están los futbolistas amputados, que viven de glorias efímeras de mundiales ganados pero olvidados, con lo justo para comer y vestir ellos buscan conseguir sustento de la única forma que pueden; jugando fútbol. Como Isaí y su hermano, que buscan en Culiacán ese benefactor generoso que cuentan las historias que llegan al sur del país. Ellos te agradecen el apoyo y te dejan su celular, por si alguien más quiere ayudar con ropa o prótesis: 5543405447
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En otras latitudes de la ciudad está la cara más triste del oficio, la explotación infantil. Niños indígenas haciendo malabares cuando aún no aprenden a leer. Pirámides humanas que tocan el corazón de los choferes pero todo se resume a una moneda.
La diversidad del espectáculo es grande; si pasas en el centro geográfico de Culiacán verás a unos jóvenes bailando breakdance en cada alto, ellos dicen que de ahí pagan sus viajes y su entrenamiento; una forma digna buscar oportunidades donde no las hay.
La realidad del trabajo infantil
El golpe de la pandemia de Covid-19 en México podría orillar a que entre 21 mil y 30 mil menores de edad se integren a las filas del trabajo infantil, según reveló Marisela Reyes, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
El pasado 30 de noviembre, Alicia Vargas y Sandra Mejía presentaron el informe Infancia con derechos: Trabajo infantil y Trabajo infantil forzoso en México, publicado por la Red de Mujeres Sindicalistas y la Fundación Friedrich Ebert.
El estudio indica que más de 29 millones de niñas, niños y adolescentes entre los 5 y los 17 años que hay en México, casi 11% de ellos se encuentran en condiciones de trabajo infantil, de los cuales alrededor de 4.5% realizan labores de ocupaciones peligrosas y de alto riesgo para su vida.
Alicia Vargas afirma que el trabajo infantil no saca de la pobreza a la familias afectadas si no todo lo contrario la perpetúa. Los ingresos solo son paliativos para atender las urgencias inmediatas como lo es la alimentación y algunos bienes.
"El trabajo infantil como una estrategia de sobrevivencia de la familia es una inversión hacia el retroceso, ya que cuanto más tiempo invierta la familia en que sus niños trabajen, menores serán sus oportunidades para desarrollar y potenciar habilidades y romper el círculo de la pobreza en el que han vivido", sostiene Vargas en el documento.
El estudio concluye con 15 recomendaciones entre las cuales destaca la definición de una política pública tendiente a la erradicación del trabajo infantil en nuestro país y reforzar el trabajo con las procuradurías de protección de niñas, niños y adolescentes para que los estados puedan tener mecanismos amigables de denuncia.
La próxima vez que, usted lector, haga un alto; deténgase a pensar en esas historias y cómo la vida de muchos se gana en 35 segundos.
Con información de Carlos Guevara | El Sol de México