En el Cementerio del Saucito se abre paso un corredor fúnebre, sobre la avenida hay marmolerías y talladores, no huele a nada en particular y el humo del tráfico empaña el panorama pero en el sector sobrevive el oficio de talladores de lápidas.
Y así entre sapos colgados, muñecos vudú, cánticos y rituales, como cada año en estos días de muertos lapideros colocan las cubiertas de mármol, cantera y granito sobre las tumbas que indican sus clientes, las formas, los colores, y las extravagancias, varían de acuerdo con el gusto y las posibilidades de cada persona.
Así nos cuenta Herculano Rocha, quien desde los cinco años se dedica a dar forma a las lápidas que se venden frente al Panteón Saucito.
"Se hacen modelos tradicionales con material que va desde marmolina con cemento, luego va agregado con granito que se pule, lo tradicional son las cruces, los jarrones y los libros, hasta capillas más completas", cuenta el trabajador.
Empleado desde hace 30 años en el negocio familiar “Casa Rocha”, dedicado a la construcción de sepulcros, Herculano dice que se hacen pedidos especiales tanto a nivel local como nacional.
"Tenemos pedidos especiales, con el internet hay quienes traen sus modelos inclusive de otros países, sobre eso nos adecuamos, se trazan las piezas, se separan moldes, se tallan, se engrasan y se colocan diferentes materiales de acuerdo con el pedido que incluye un armado de varilla para que tenga resistencia", explicó el tallador de la muerte
El costo de una lápida varía de 2 mil 500, sencillas, hasta lo que elijan, "hemos hecho monumentos de hasta 250 mil pesos".
De acuerdo con Herculano Rocha, las lápidas que más pide la gente son las de mármol nacional que tiene un costo máximo de hasta 100 mil pesos, el tiempo promedio de elaboración es de una o dos semanas “todo varía en función de lo que pida el cliente, la temporada alta es de septiembre a diciembre”.
En el periodo de más demanda la plantilla laboral de “Casa Rocha” se eleva de cuatro personas que trabajan diariamente a 10 o más según el número de pedidos que se tengan, y la complejidad de los mismos.
"Trabajamos materiales novedosos como es el granito natural y mármol nacional. Gran parte de este material es importado, nosotros los adquirimos aquí lo cortamos y trabajamos los contornos y grabados, si piden modelo con corte en especial lo hacemos también", comentó sobre sus materias primas.
Sobre experiencias non gratas que ha debido superar durante los 30 años de dar forma al mármol y cantera para los difuntos, Herculano narra espeluznantes aventuras, “en estas fechas en que uno sale tarde del panteón sobretodo estos días, nos hemos topado con cosas algo fuera de lo común, como con personas que acuden a hacer sus curas ahí, que se andan barriendo, haciendo rezos, así como los dichosos monitos de vudú, y así cositas que hacen ese tipo de gente, también sapos colgados, solo nos falta encontrar gente haciendo el amor”.