Manifestantes que mantienen bloqueados los accesos carreteros a la zona arqueológica de Chichén Itzá por tercer día consecutivo, acordaron hoy que no habrá diálogo y negociación hasta que sea destituido Marco Antonio Santos Ramirez, a quien acusan de corrupción.
Los protestantes mantienen cerrados los accesos a la zona arqueológica en X-Calakoop para quienes vienen de Cancún y en Pisté para los provenientes de Mérida.
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Los ejidatarios, habitantes, comerciantes y artesanos de la zona argumentan que son acosados por el director del parque, quien los castiga y les prohíbe hablar en Maya, su lengua natal, hacia los turistas.
Ante el hostigamiento, afirman que decidieron cerrar los accesos a la zona para exigir la renuncia del director del parque quien desde hace ocho años hace negocios clandestinos y permite a los turistas subir al Castillo de Chichén y otros edificios a cambio de 150 dólares por persona, pese a que está prohibido subir a los mismos.
Hombres y mujeres mayas denunciaron a El Sol de México todas las irregularidades que imperan en el sitio, dejando en claro los hechos de corrupción, cuyas pruebas, dijeron, serán presentadas este jueves al mediodía.
En un recorrido por la zona arqueológica se ha podido comprobar que el INAH miente, ya que no hay acceso al público, nadie entra y nadie sale, pues el sitio se mantiene asegurado por la Guardia Nacional y no permite la entrada a ninguna persona.
Los manifestantes confirmaron que desde hace tres días nadie ha podido entrar a la zona arqueológica, por lo que la versión del INAH es totalmente falsa.
Luego de una reunión de dos horas, los ejidatarios, comerciantes y lugareños acordaron no realizar ningún tipo de negociación si no se pone de por medio la renuncia del director del parque.
Algunos denunciantes mostraron fotografías de turistas subiendo a la pirámide de Kukulkán y otros recintos arqueológicos en horarios clandestinos por la mañana y después del cierre del parque.
“El negocio es de mucho dinero si se considera que cada autobús trae a 40 turistas, a quienes se les cobra en promedio 150 dólares por persona para subir a la pirámide, lo cual está prohibido, pero se ha convertido en negocio del director del sitio”, explicó uno de los comerciantes, el cual prefirió omitir su nombre para evitar represalias.
Los ejidatarios comunicaron que mañana presentarían más pruebas de corrupción y reiteraron su intención de mantener el bloqueo hasta que la renuncia del director del INAH se efectúe.
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