Tamaulipas.- Aunque no es una práctica bien vista por las autoridades del empleo, la crisis laboral que impera en la industria maquiladora de Matamoros ha generado las condiciones propicias para el aumento de las empresas de outsourcing o subcontratistas.
Esta es una de las opciones que vislumbra la industria exportadora ante la problemática que persiste en algunas plantas del Parque y la Ciudad Industrial de Matamoros, así como en empresas de giros diversos, desde el pasado 11 de enero que comenzó el llamado movimiento 20-32.
El titular del departamento jurídico de la Federación Estatal de Cámaras de Comercio en Tamaulipas, Christian Edoardo Pérez Cossio, aseguró que “muy probablemente es una opción, desgraciadamente el gobierno federal y las políticas laborales implementadas detonarán el outsourcing en esta región fronteriza”.
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Conocido también como externalización o tercerización este es el proceso económico empresarial en el que una empresa transfiere los recursos y las responsabilidades referentes al cumplimiento de ciertas tareas a una sociedad externa o empresa de gestión subcontratista. Evadiendo además las cuestiones sindicales.
De esta manera, las compañías no adquieren responsabilidades directas con los empleados, lo que deja a la base trabajadora en condiciones de protección no adecuadas o mermadas en comparación con aquellas que están por contratación directa.
“El outsourcing es un medio que raya entre la legalidad e ilegalidad pero no está prohibido, es un esquema de funcionamiento perfectamente legal, que al gobierno federal y Hacienda no les guste este esquema de contratación es otro tema”, expuso el entrevistado a El Sol de México.
La maquila tamaulipeca está integrada por 356 unidades de de negocios, de las cuales 43% están en Reynosa y 31% en Matamoros, mientras que Nuevo Laredo cuenta con 9% y el restante 17% en municipios como Ciudad Victoria y Valle Hermoso.
Produce bienes tecnológicos variados, cables, aparatos eléctricos, componentes eléctricos, partes y accesorios para vehículos, textiles, productos químicos, maquinaria y productos de informática que se ha visto afectada por la exigencia de 20% de aumento salarial y 32 mil pesos de bono anualizado, conocido como el movimiento 20-32.
La medida dejaría en la indefensión a la clase obrera, “ya que no sean trabajadores de la maquiladora, sino subrogados, provoca que los patrones no adquieran obligaciones, es una situación compleja que se avecina”.
De los aproximadamente 85 mil trabajadores de la maquila de Matamoros únicamente el 1.7%, aproximadamente mil 500 obreros operan en este esquema contratados por empresas externas que se dedican a dar este servicio.
Hasta antes de los paros “no había necesidad de esta práctica, pero lo que está pasando es un detonante, ya que los inversionistas tienen que buscar esquemas para que sus empresas sean rentables y evitar situaciones como estas en un futuro, dijo.