El padre de Miguel, hace un esfuerzo por contener el llanto. De un solo tirón levanta de la cintura el cuerpo de su hijo, apoyado de dos peritos.
La escena se dibuja en el semáforo del cruce Bulevar Aeropuerto con Paseo Tollocan. El menor de 13 años murió de forma extraña al desvanecerse mientras limpiaba coches en el cruce.
Así no más se desmayó, un chavo lo agarró pero como que ya no respiraba", relata Julio, hermano mayor de Miguel Ángel.
La mañana de este lunes, los tres hermanos: Julio, de 15; Axel, de 12 y y Miguel Ángel, de 13 años salieron de su casa en la Constitución Totoltepec. A ganarse unas monedas por ser temporada de vacaciones.
"Él no venía nunca a limpiar parabrisas, solo hoy", dice Julio.
Alrededor de las 13:15 horas, se escucharon gritos: "¡Miguel, reacciona!", pero el pequeño ya no respondió.
Todo resultó extraño. No había presentado síntomas de nada. Incluso los hermanos habrían salido de su casa a las 8:00 horas, desayunaron un tamal con atole y luego unos tacos.
"Comimos bien, un tamal y luego fuimos aquí, a comer unos tacos", agrega el menor.
De esas muertes extrañas, Miguelín fue víctima y no pudo refutar.
En la escena de los hechos quedaron sus herramientas de trabajo. Justo a unos dos Metros debajo de un pilastrón de metal.
Debajo de una sábana blanca, en el concreto negro que se calienta más con el paso del sol, quedó el cuerpecillo bocarriba.
Detrás de él su padre y el resto de su familia y compañeros del trabajo ambulante.
Uno de ellos toma iniciativa, se quita su gorra y comienza a realizar una colecta. Ellos, en medio de las carencias, resultan ser los más solidarios.
"Gusta apoyar, es para la familia del niño", explica la mujer de la gorra a cada curioso que se detiene en el semáforo.
Junto con ella hace la misma labor Axel, hermano menor de Miguel. En sus mejillas chorrean lágrimas gruesas de grasa por la labor de limpiar los coches.
La escena lleva más de dos horas acordonada por la policía de San Mateo Atenco.
Se mira desesperación y tensión en la familia. El Servicio Médico Forense no hace acto de presencia.
Al paso de los minutos arriba una carroza. Se ha optado por evitar la camioneta de la morgue y el cuerpo de Miguelín es recogido de forma directa por los servicios funerarios.
El padre del niño de 13 años, echa un último suspiro al cielo y carga el cuerpo de su pequeño. Se despide de él.