SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS. Juana Pérez Hernández, mujer indígena que desde lo siete años aprendió a tejer y ahora se dedica de tiempo completo a ello, es originaria y vive en la cabecera municipal de San Lorenzo Zinacantán y junto a su familia, todas las mujeres se dedican a tejer y bordar por lo que han crecido y cuentan actualmente con un local propio.
Tienen una habilidad especial en sus manos con las cuales fabrican artesanías, pero también trabaja su cintura desde que era una niña, motivo por el cual ha mejorado en los tiempos para realizar su trabajo en el telar de cintura.
Es por estas labores que emprenden que tanto Juana como su familia decidieron no unirse al paro nacional de mujeres “nosotras dependemos de nuestra producción, sino trabajamos, no vamos a comer, sí sabemos del movimiento, pero tenemos que trabajar, avanzar en nuestros bordados”, afirmaron.
Juana Pérez Hernández es una de las 15 mujeres, todas ellas familia, que integran el grupo de trabajo “Antsetik ta sots´leb” (Mujeres de Zinacantán), y han tomado la decisión de no participar en la movilización nacional de mujeres pues su actividad económica depende totalmente de ellas para tener recursos económicos que les permite sobresalir día con día.
Cabe mencionar que el personal femenino del ayuntamiento de San Juan Chamula, no respetará el paro nacional, no porque no lo permitan, sino porque las mujeres así lo decidieron.
En tanto que en el tradicional mercado y centro de este municipio las mujeres han decidido trabajar, pues la gran mayoría son comerciantes de artesanías y viven al día, comentan que solamente las trabajadoras en otros municipios y de otras oficinas probablemente no trabajen.
Mientras que en Los Altos de Chiapas, las mujeres del municipio de San Juan Chamula han comenzado a abrir los ojos y evadido la violencia que con el machismo habían sufrido por muchas décadas, sin embargo, decidieron laborar este lunes nueve de marzo, fecha en la que se realizará en el país el movimiento denominado Un día sin nosotras.
La historia de San Juan Chamula enmarcó una historia complicada, pues en ese municipio las mujeres eran vendidas como un objeto e incluso existen hombres en ese pueblo tsotsil que llegan a tener entre cinco y seis mujeres, con más de 50 hijos y en algunos de los casos, las esposas e hijos conviven en el mismo domicilio del esposo.
Las mujeres en ese municipio han llegado a ser vendidas por sus padres por 15 a 50 mil pesos, aparte de las celebraciones que se organizan donde el caballero tiene que entregar obsequios a la familia de la mujer, incluyendo a los familiares más cercanos, acciones que están enmarcadas dentro de los llamados usos y costumbres en las comunidades indígenas.
Tras todo el contexto machista que prevalece en esta comunidad indígenas de Chiapas, dos semanas antes del Día Internacional de la Mujer, las integrantes de la Asociación Mauricio Zenteno comenzaron grabaciones de diversos videos en español y tsotsil, como una muestra física de que el machismo en la zona de Los Altos ha disminuido, y que ellas ya tienen voz y voto: “La historia de San Juan Chamula la escribimos juntas, basta de violencia”, fue su lema principal.