Los nacimientos de barro en Metepec no solamente representan una verdadera obra de arte, sino que se trata de una actividad artesanal que lleva poco más de 200 años, manteniéndose tan vigente como desde el primer día en que se elaboró la primera pieza, ya su técnica se ha venido transmitiendo de generación en generación.
En entrevista con El Sol de Toluca, Margarito Ramírez Carrillo, quien es uno de los máximos exponentes en la elaboración de estas piezas únicas en Metepec, nos explicó en qué consiste el proceso, señalando con orgullo que él representa la cuarta generación que dio origen a esta gran empresa.
“Le voy a parecer un poquito exagerado, pero quienes me enseñaron a realizar estas piezas fueron mis padres, los cuales murieron ya grandes a los 95 años, y a su vez ellos lo aprendieron de mis abuelos; ya ve que antes la gente vivía más, y ahora yo se les estoy transmitiendo el conocimiento a mis hijos y nietos”.
Señaló que una de las actividades que más le ha apasionado al igual que a toda su familia es la artesanía (decoración) y la alfarería (utilitarios), conceptos que son muy diferentes. “Lo importante en la vida es que nos guste la actividad a la que nos dedicamos, porque de ello dependerá el éxito que obtengamos en cualquier trabajo”.
De esta forma, detalló que para la elaboración de las figuras del nacimiento es fundamental el barro que transportan en un carro materialista, el cual traen directamente de San Lorenzo Cuauhtenco, Calimaya, porque debe ser especial para los procesos básicos que denominan, como: el colorado, negro y arenoso, los cuales deben de mezclarse.
El barro, añadió, “es nuestra base para cualquier figura, nos lo traen verde y nosotros debemos ponerlo a secar, después lo molemos y lo horneamos, con la intención de que quede bien finito para que procedamos a prepararlo. Posteriormente, procedemos a cernirlo para meterlo al taller, en donde lo preparamos con agua para quede rebatido (ni le sobre, ni le falte)”.
En su stand de venta, ubicado en el Centro de Exposición y Venta Artesanal de este municipio, Ramírez Carrillo nos muestra orgulloso sus figuras, en donde también se pueden apreciar los árboles de la vida, así como los eclipses, entre otras, y añadió: “No sé si conozcan la flor del tule (plumilla) que se le coloca al barro para que tenga cuerpo, lo cual es un proceso similar al que se aplica para la elaboración de adobes, ya que se les agrega zacatón para que no se deshagan”.
Posteriormente, agregó, se vuelve a rebatir para que la plumilla quede dentro del barro, y se procede a amasar para elaborar cualquier tipo de figura. “A grandes rasgos ese es nuestro proceso”.
Especificó que las figuras del nacimiento: una parte se realizan con moldes y otra manual, “y así es cómo elaboramos cada una de las piezas que ustedes pueden observar en nuestro local. Todo el proceso de elaboración al natural nos puede llevar 15 días y cuando les damos color utilizamos pintura acrílica (la más recomendable)”.
Cabe mencionar que un nacimiento generalmente se compone de 11 piezas: el ángel, la virgen María, San José, los tres reyes magos, pastor, pastora, burro, mula y el niño Dios.
Sin embargo, pueden llevar el número de figuras que demande el cliente. En cuanto al tamaño, pueden ser de 15, 20, 30 ó 35 centímetros hasta un metro ochenta; y cuando éstas van de algún color el costo se eleva.
