TAPACHULA. Nula es la presencia de militares en la frontera que divide a México y Guatemala. Del lado centroamericano, sólo algunas patrullas oficiales de la Policía Nacional Civil (PNC ) circulan en la ribera del Río Suchiate, mientras que al otro lado, ya en territorio chiapaneco, son sólo algunos integrantes de la Guardia Nacional, Ejército Mexicano y de Migración los que coordinan tareas de resguardo.
La franja fronteriza sigue al descubierto, pese al anuncio de la Casa Blanca en torno a que México, Guatemala y Honduras desplegarían en las últimas horas vigilancia militar a sus fronteras para evitar la migración irregular.
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El río Suchiate, que ha aumentado su caudal, sigue siendo punto de cruce de guatemaltecos y otros extranjeros, que logran ingresar con algún documento que apruebe su estadía legal en el país.
Pero la movilización militar podría tardar algunos días en generarse, dado que la estrategia de contención vendría a reforzar los operativos que ya se aplican en la franja fronteriza.
La Secretaría de Relaciones Exteriores informó en las últimas horas que se trata de la permanencia de este operativo en conjunto para el rescate de migrantes que intenten cruzar a México.
“México mantendrá el despliegue ya existente de fuerzas federales en su zona fronteriza, con el objetivo de hacer cumplir su propia legislación migratoria, a fin de brindar atención a las personas migrantes, principalmente a menores no acompañados, y combatir el tráfico de personas”, señaló en un comunicado.
Se trata entonces de la misma operación militar y no una nueva, según el gobierno mexicano, pero en los límites de ambos países la presencia de la GN y en INM es cada vez más escasa, principalmente al caer el sol, cuando son pocos los elementos que custodian sólo algunos metros del Río Suchiate.
Mientras que del lado guatemalteco la situación es aún peor. No hay militares, más que los que realizan operativos de rutina, pero la vigilancia de soldados se encuentra a unos 25 kilómetros territorio adentro, cerca de Pajapita, San Marcos. Mientras que en Tecún Umán la actividad comercial y social persiste sin mayor incidente, ante la presencia de sólo algunos cuantos policías nacionales que recorren la zona en busca de algún delito, pero nada que especifique contención migratoria.
El martes 13 de abril, el canciller Marcelo Ebrard informó que había 12 mil elementos del Gobierno federal en la frontera sur, entre ellos militares, integrantes de la Guardia Nacional, personal del Instituto Nacional de Migración y funcionarios del DIF. “La instrucción que tenemos es: Guardia Nacional, Instituto Nacional de Migración, ha habido un incremento del personal de instituto empezando por el propio comisionado, sistema, el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia, es un sistema, ya no es una sola dependencia, sino que está descentralizada, luego los sistemas de salud de varios estado, Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Veracruz, Guerrero y así hasta el norte, más personal de respaldo de diferentes dependencias que tienen que ver con este tema, por eso hablamos de 12 mil personas cuando menos, es decir, de un modo u otro con diferentes funciones”, dijo ese día el Canciller.
Esas declaraciones se dieron un día después de que Jen Psaki, vocera de la Casa Blanca, dijera que nuestro país envió a 10 mil militares para atender el aumento del flujo migratorio en la frontera con Guatemala. “Hubo una serie de reuniones bilaterales entre nuestra administración y los gobiernos de México, Honduras y Guatemala. A través de estas discusiones se hicieron compromisos para incrementar la seguridad en la frontera”, dijo Psaki el 12 de abril.
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