Ejercer el periodismo libremente en Sonora se ha vuelto complicado, muestra de ello es que en marzo han desaparecido dos periodistas en la entidad; no han podido ser ubicados.
El más reciente es Pablo Felipe Romero Chávez, quien ha cubierto la fuente policiaca para una radiodifusora y un periódico de Guaymas, de quien se tuvo conocimiento por última vez el 25 de marzo.
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Ante este suceso la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (Fepalc) y la Federación Internacional de Periodistas (FIP), exigieron a las autoridades de los tres niveles de gobierno localicen el paradero del comunicador.
Familiares de Pablo Felipe interpusieron la denuncia el mismo jueves 25 de marzo ante la Fiscalía General de Justicia del Estado por su desaparición, pues al acudir a su domicilio en la colonia Las Palmas, la puerta se encontraba abierta al igual que su vehículo, pero no se encontró al comunicador.
Sin embargo, no se han dado a conocer resultados sobre la investigación de su paradero, por lo que se teme por su integridad física, pues todo apunta a que se trató de una desaparición forzada.
Intimidan y amenazan a la prensa de Guaymas
Pero las represiones en contra de comunicadores no acaban en ese caso, pues el lunes 29 de marzo, Ricardo López, director del portal de noticias InfoGuaymas, denunció públicamente ante compañeros de los medios de comunicación que es víctima de una serie de amenazas y difamaciones hacia su persona y otros reporteros que cubren la llamada nota roja.
El también presidente de la Asociación Metropolitana de Periodistas de Guaymas y Empalme, se tuvo que trasladar a Cajeme para ofrecer la rueda de prensa donde denunció el hecho, en el que dijo que después de que acompañó a familiares de Pablo Felipe Romero Chávez, por su desaparición, él y otros compañeros recibieron una serie de llamadas telefónicas intimidantes, además de que a través de redes sociales los acusan de recibir dinero del narco.
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“Después de que toda la prensa publicó la desaparición, a las cuatro de la tarde del viernes surge una amenaza en contra de toda la prensa de Guaymas; nos amenazaron, nos señalaron que iban a haber más levantones, que íbamos a sufrir la prensa más ataques, por parte de quién, no sé”, manifestó.
Por ello interpusieron en conjunto una denuncia por las amenazas recibidas, así como por difamación, ante la propia FGJES, además de la Fiscalía General de la República, la cual quedó registrada bajo el folio 0000804/2021.
Ricardo López afirmó a nombre de sus compañeros que temen por su integridad física y que no pueden ejercer libremente el periodismo en el puerto, por lo cual piden la intervención inmediata de las autoridades investigadoras.
“Tenemos miedo, ejercer el periodismo en Guaymas es altamente riesgoso, no sabemos a quién acudir, la verdad, y aunque ya está interpuesta la denuncia siguen habiendo amenazas en contra de la prensa en Guaymas y queremos solicitarle a las autoridades que nos ayuden”, enfatizó López.
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Las amenazas datan desde mayo de 2020, por lo que varios comunicadores optaron por dejar Guaymas junto con sus familias, mientras que otros tuvieron que ser custodiados por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública.
Ante esta situación, la Fepalc y la FIP también exigieron a las secretarías de la Defensa Nacional, de Marina, y Guardia Nacional, que hagan algo para salvaguardar la integridad de los periodistas de Guaymas y un alto a las intimidaciones y ataques estigmatizantes.
Hay otro periodista desaparecido
El pasado 15 de marzo se dio a conocer que los familiares de Jorge Malotzin Centlal, de oficio periodista, habían interpuesto una denuncia formal ante la FGJE en el municipio de Caborca.
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Los familiares de Jorge tenían seis días sin saber su paradero, el 9 de marzo, cuando dijo se encontraba en Magdalena de Kino, por lo que también se teme por su vida, debido a su oficio.
Es conocido que las regiones de Guaymas-Empalme, así como Caborca, Pitiquito, Puerto Peñasco, además de Cajeme, donde el año pasado hubo asesinatos de periodistas, son zonas de riesgo; en los últimos años se han presentado varios enfrentamientos violentos y ejecuciones, por lo que al parecer el ejercicio periodístico es de alto riesgo en Sonora.