PUEBLA. Flor Edith, una enfermera de 22 años de edad, no pasará con sus padres las fiestas decembrinas por viajar a la Ciudad de México para ayudar a atender a los pacientes de Covid-19 que están saturando los hospitales como parte de la Operación Chapultepec.
La joven sólo ha ejercido su profesión por tres años, pero cuando la pandemia llegó a Puebla, ella se dedicó a atender a los enfermos en el Hospital General número 20 del IMSS, donde se contagió del coronavirus, sin embargo, tras reposar unas semanas volvió a su trabajo.
▶️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
Pero María Lydia y Daniel, padres de Flor, se debaten entre el orgullo, el miedo y la tristeza pues esta será la primera vez que su hija no estará con ellos en la cena de Navidad.
“No se dan cuenta que acá, atrás de ellos (el personal médico), están sus papás, quienes estamos sufriendo por ellos y que día con día estamos con el Jesús en la boca por culpa de la gente inconsciente que no se cuida”, comentó la madre.
“Nuestra hija se va a la misión que les encomendaron; está muy pequeña todavía”, lamentó Daniel, el papá de Flor, luego de despedirla la mañana de ayer cuando partió de Puebla como parte del grupo de 18 miembros del personal médico y de enfermería del Instituto Mexicano del Seguro Social, que voluntariamente decidió ayudar a mitigar la crisis sanitaria en la Ciudad de México.
Daniel y María Lydia desearían poder viajar con su hija para la cena navideña, pero el inminente riesgo de contagio los obliga a permanecer separados, por lo que esperan sea sólo un mes.
Suplicaron a todas las personas que sigan las indicaciones de las autoridades del país para evitar más contagios de Covid-19, pues esperan el regreso de Flor a casa sin incidentes.
A pesar del temor de sus familiares y del propio, las y los profesionales de la salud están decididos a ayudar en donde los necesiten.
“Para mí es un honor servirle a mi país; estoy emocionada, con incertidumbre, con sentimientos encontrados porque estas son épocas, son fechas en las que hay que estar con la familia”, dijo la enfermera Natividad, luego de despedirse de su esposo, a quien recordó que ayudaría a las personas en todo momento.
“Siento miedo por mi familia, por mi hija, por mis padres, por mi esposo, pero para eso estudiamos, el día que hicimos un juramento, juramos eso, salvaguardar la vida de las demás personas”, dijo la enfermera de 35 años que también labora en el Hospital General número 20 del IMSS.
José se despidió de Natividad formando una cruz con sus manos; bendición con la que espera que Dios cuide a su esposa hasta que esté nuevamente en su hogar.
Natividad pidió a las personas que no siguen las recomendaciones sanitarias resguardarse en sus casas, para que todos podamos reunirnos de nuevo con nuestras familias. Recordó que aún hay personas que no creen en la existencia y letalidad del virus hasta que un integrante de su familia se infecta; por lo que llamó a entender que los tiempos son difíciles.