/ martes 7 de noviembre de 2023

Profesora ha cruzado Tlaxcala durante 28 años para dar clases en una escuela rural

En su trayecto desde Xicohtzinco a la primaria La Rosa, Verónica Slagado ocupa transporte colectivo, camión magisterial y motocicleta

Una maestra todo terreno es Verónica Salgado García, quien de lunes a viernes recorre de sur a norte la entidad tlaxcalteca para impartir clases en una primaria unitaria.

Desde temprana hora, la "maestra Vero", como de cariño le dicen sus alumnos, sale de su domicilio en Xicohtzinco para trasladarse a la comunidad La Rosa, en Tlaxco.

Desde hace 28 años, la docente tiene una particular rutina de traslado para llegar a la escuela primaria La Rosa, pues ocupa tres medios de transporte y recorre alrededor de 80 kilómetros, sale desde las 5:15 horas de su hogar para iniciar a tiempo su jornada académica a las 8:00 horas. Pese al largo trayecto, no piensa pedir su cambio de centro laboral.

Antes de que amanezca, Vero Salgado inicia su día al levantarse a las 4:00 de la madrugada, se cambia y prepara sus artículos de trabajo. De su domicilio debe salir a más tardar a las 5:15 horas con dirección a la parada del transporte colectivo que la llevará al recinto ferial de Tlaxcala, donde aborda los autobuses del magisterio, unidades encargadas de trasladar a los profesores a las comunidades rurales.

En el camión pasa más de una hora para llegar a la entrada del municipio de Lázaro Cárdenas, donde debe descender porque es el punto más cercano a la comunidad de La Rosa, que se encuentra a 11 kilómetros de distancia en camino de terracería.

Ante la falta de transporte colectivo, aunque sí existen corridas, pero los horarios son muy esporádicos, la maestra aborda una motocicleta que es de su propiedad y adquirió para llegar puntual a la escuela, pues si esperara el colectivo llegaría alrededor de las 9:30 horas a la primaria.

Previo a subirse a la motocicleta se coloca su “disfraz”, como ella y sus alumnos han nombrado a su equipo de seguridad, que consiste en botas cubrepolvo, coderas, rodilleras y casco. En su trayecto le da aventón a uno de sus alumnos, quien no tiene otra forma de traslado.

Al concluir su jornada laboral, a las 13:00 horas, la maestra nuevamente realiza el trayecto de dos horas y los tres medios de transporte para llegar a su domicilio en Xicohtzinco, de ahí que su papel de esposa y madre de familia comienza alrededor de las 16:00 horas de lunes a viernes.

Primaria La Rosa, su segunda casa

Hace 28 años, Verónica Salgado comenzó su labor como docente y la escuela primaria La Rosa, lugar que considera como su segunda casa, ha sido el único centro laboral en su trayectoria y considera como a su familia a sus alumnos.

Narró que su profesión la lleva en la sangre y es un don con el que nació para enseñar a los niños a leer y escribir, pero su labor no se limita a eso, al trabajar en una escuela unitaria desempeña diversas funciones y asume el cargo de directora, docente y personal administrativo.

Explicó que la escuela en la que trabaja es unitaria, es decir, solo cuenta con un docente para atender el aspecto educativo de nivel primaria, de ahí que en su salón tiene a 18 estudiantes que cursan el primero hasta sexto grado.

Reconoció que cuando llegó a la primaria La Rosa enfrentó un panorama desolador y triste, pues la distancia la alejó de su familia y el traslado fue difícil, muchas veces tuvo que recorrer el trayecto a pie y otros pidió apoyo a los pobladores de la comunidad.

"En mi mente estaba pedir mi cambio a la primera oportunidad para asistir a una escuela más cercana a mi domicilio, llegar a La Rosa implica mucho tiempo y distancia", compartió.

Consternada y con la voz entrecortada, la docente narró que notó que los alumnos egresaban de la primaria sin saber leer y escribir, se percató que los maestros anteriores solo acudían por cumplir su horario y pensar en su bienestar, esas carencias la motivaron a quedarse en la escuela, ahora suma casi tres décadas y no piensa en dejar a sus niños, como nombra a sus alumnos.

Precisó que dejó atrás la idea de solicitar su cambio, pues los alumnos la necesitan, otras ventajas es que en la escuela tiene autonomía y libertad para trabajar, implementar estrategias de estudio con sus alumnos para que aprendan de manera lúdica y divertida, tampoco necesita horarios para ocupar las áreas.

La maestra calificó como un reto trabajar con estudiantes de los seis grados, pero supo adaptar su plan de trabajo para que todos adquieran conocimiento y aprendizaje, con los nuevos planes y programas de estudio se encarga de vincular los proyectos entre todos los estudiantes, pero asigna actividades de acuerdo con la edad de los alumnos.

No todo es favorable para la docente, indicó que ocuparse de labores administrativas es la principal dificultad, elaborar oficios, acudir a reuniones o llenar documentación implica tiempo que resta a sus alumnos y al no contar con más personal los infantes se quedan sin maestra en esos momentos.

Escuela equipada

La comunidad La Rosa es una de más alejadas de la urbanización, está rodeada de una zona boscosa, tiene una altitud superior a los dos mil 500 metros y registra clima frío. En la zona no cuentan con señal telefónica.

Pocos pobladores son originarios de esta localidad, pero cuentan con una escuela equipada y conservada derivado de apoyos federales y estatales, pero también por el trabajo de los padres de familia para faenas y mantenimiento.

El acceso a la escuela es complicado, no cuenta con carreteras con asfalto o concreto, el camino es de terracería y la unidad de transporte público más cercana llega a un kilómetro de distancia, de ahí que el traslado debe ser a pie o en unidad particular.

En contraste, las instalaciones y equipo de la primaria dejan sorprendido a cualquiera. Cuenta con material didáctico, pizarrones, equipos de cómputo, material deportivo, juego inflable, lona para eventos cívicos y hasta alberca inflable.

En cuanto a infraestructura, tiene salón de clases, área de juegos con trampolín, cancha deportiva, bodega que emplean para clases de inglés, sala de juntas y biblioteca; también cuentan con una cocina y trastos del comedor, sanitarios para niños y niñas, cisterna y cámaras de seguridad.

Respecto a servicios, tienen energía eléctrica, drenaje con fosa séptica, agua potable y conexión a internet brindado por la Comisión Federal de Electricidad.

Una particularidad de esta escuela es contar con el Rincón de las Matemáticas, que consiste en habilitar una pequeña tienda para que los alumnos pongan en práctica sus conocimientos y aprendan cálculo mental, sumas, divisiones, multiplicaciones, utilizar la báscula y unidades de peso. Idea que surgió ante la falta de comercios en la zona.

En la escuela formó una familia

El comienzo de la docente en la escuela primaria La Rosa fue difícil. Externó que al llegar a la comunidad rural enfrentó machismo, pues los varones eran los que tenían voz y quienes decidían. Al principio los padres de familia se rehusaban a participar en las actividades escolares y trabajos de mantenimiento.

Poco a poco, con trabajo educativo y compromiso se ganó la confianza y respeto de los pobladores, logró una buena reputación mediante el trabajo frente al aula, lo que permitió contar con el apoyo de los padres de sus alumnos.

“Ahora tienen la mejor disposición para apoyar en actividades sociales, pedagógicas y hasta faenas, incluso me ayudan cuando tengo algún incidente en mi traslado, cuando me quedo sin gasolina o se me poncha una llanta de la motocicleta, no solo llega uno, llegan varios padres de familia a ayudarme, he formado una familia”.

Destacó que la unión se dio porque tienen un fin en común y único: el bienestar de los niños mediante el aprendizaje.

Reveló que convive con las familias y le han externado que cuando se vaya dejará una silla muy grande que será difícil de llenar, por el momento no piensa en dejar a sus alumnos.

Incluso, entre risas, reveló que impuso moda, pues fue la primera mujer en la comunidad en subirse a una motocicleta, actualmente ya son varias madres que usan este medio de transporte.

Formó a generaciones

En los 28 años como docente en la primaria La Rosa, Verónica Salgado se ha encargado de enseñar a leer y escribir a diversas generaciones. Actualmente es docente de los hijos de las personas que fueron sus primeros alumnos hace varios años. “Les digo que ellos fueron mis hijos en el salón de clase, ahora sus hijos son mis nietos”.

Destacó que entre esas generaciones se han formado diversos profesionistas, como médicos, ingenieros y abogados, entre otros, aunque la docente no les enseñó durante la carrera, les brindó los aprendizajes básicos en su formación de nivel primaria.

Precisó que la escuela La Rosa fue la primera en la comunidad y acudían estudiantes de zonas lejanas, calculó que tiene más de 100 años edificada y sus anchos muros de concreto pueden ser prueba de la antigüedad.

Finalmente, dijo que su deseo es que las personas conozcan la labor de los docentes, que volteen a ver a la escuela primaria La Rosa que tiene una ubicación muy alejada, pero los alumnos son iguales a los de otras zonas y merecen el mismo trato y oportunidades.

La escuela La Rosa solo cuenta con un docente para atender el aspecto educativo de nivel primaria, de ahí que en su salón los estudiantes cursan el primero hasta sexto grado.

Son 4 horas diarias, de lunes a viernes, dedica la docente Verónica Salgado en el traslado de su domicilio a la escuela y de regreso.

La escuela cuenta con conexión a internet apenas hace un año y medio, recurso que permite que los estudiantes aprendan el uso de las computadoras y herramientas digitales. En la zona no cuentan con señal telefónica ni datos móviles.


Publicado originalmente en El Sol de Tlaxcala

Una maestra todo terreno es Verónica Salgado García, quien de lunes a viernes recorre de sur a norte la entidad tlaxcalteca para impartir clases en una primaria unitaria.

Desde temprana hora, la "maestra Vero", como de cariño le dicen sus alumnos, sale de su domicilio en Xicohtzinco para trasladarse a la comunidad La Rosa, en Tlaxco.

Desde hace 28 años, la docente tiene una particular rutina de traslado para llegar a la escuela primaria La Rosa, pues ocupa tres medios de transporte y recorre alrededor de 80 kilómetros, sale desde las 5:15 horas de su hogar para iniciar a tiempo su jornada académica a las 8:00 horas. Pese al largo trayecto, no piensa pedir su cambio de centro laboral.

Antes de que amanezca, Vero Salgado inicia su día al levantarse a las 4:00 de la madrugada, se cambia y prepara sus artículos de trabajo. De su domicilio debe salir a más tardar a las 5:15 horas con dirección a la parada del transporte colectivo que la llevará al recinto ferial de Tlaxcala, donde aborda los autobuses del magisterio, unidades encargadas de trasladar a los profesores a las comunidades rurales.

En el camión pasa más de una hora para llegar a la entrada del municipio de Lázaro Cárdenas, donde debe descender porque es el punto más cercano a la comunidad de La Rosa, que se encuentra a 11 kilómetros de distancia en camino de terracería.

Ante la falta de transporte colectivo, aunque sí existen corridas, pero los horarios son muy esporádicos, la maestra aborda una motocicleta que es de su propiedad y adquirió para llegar puntual a la escuela, pues si esperara el colectivo llegaría alrededor de las 9:30 horas a la primaria.

Previo a subirse a la motocicleta se coloca su “disfraz”, como ella y sus alumnos han nombrado a su equipo de seguridad, que consiste en botas cubrepolvo, coderas, rodilleras y casco. En su trayecto le da aventón a uno de sus alumnos, quien no tiene otra forma de traslado.

Al concluir su jornada laboral, a las 13:00 horas, la maestra nuevamente realiza el trayecto de dos horas y los tres medios de transporte para llegar a su domicilio en Xicohtzinco, de ahí que su papel de esposa y madre de familia comienza alrededor de las 16:00 horas de lunes a viernes.

Primaria La Rosa, su segunda casa

Hace 28 años, Verónica Salgado comenzó su labor como docente y la escuela primaria La Rosa, lugar que considera como su segunda casa, ha sido el único centro laboral en su trayectoria y considera como a su familia a sus alumnos.

Narró que su profesión la lleva en la sangre y es un don con el que nació para enseñar a los niños a leer y escribir, pero su labor no se limita a eso, al trabajar en una escuela unitaria desempeña diversas funciones y asume el cargo de directora, docente y personal administrativo.

Explicó que la escuela en la que trabaja es unitaria, es decir, solo cuenta con un docente para atender el aspecto educativo de nivel primaria, de ahí que en su salón tiene a 18 estudiantes que cursan el primero hasta sexto grado.

Reconoció que cuando llegó a la primaria La Rosa enfrentó un panorama desolador y triste, pues la distancia la alejó de su familia y el traslado fue difícil, muchas veces tuvo que recorrer el trayecto a pie y otros pidió apoyo a los pobladores de la comunidad.

"En mi mente estaba pedir mi cambio a la primera oportunidad para asistir a una escuela más cercana a mi domicilio, llegar a La Rosa implica mucho tiempo y distancia", compartió.

Consternada y con la voz entrecortada, la docente narró que notó que los alumnos egresaban de la primaria sin saber leer y escribir, se percató que los maestros anteriores solo acudían por cumplir su horario y pensar en su bienestar, esas carencias la motivaron a quedarse en la escuela, ahora suma casi tres décadas y no piensa en dejar a sus niños, como nombra a sus alumnos.

Precisó que dejó atrás la idea de solicitar su cambio, pues los alumnos la necesitan, otras ventajas es que en la escuela tiene autonomía y libertad para trabajar, implementar estrategias de estudio con sus alumnos para que aprendan de manera lúdica y divertida, tampoco necesita horarios para ocupar las áreas.

La maestra calificó como un reto trabajar con estudiantes de los seis grados, pero supo adaptar su plan de trabajo para que todos adquieran conocimiento y aprendizaje, con los nuevos planes y programas de estudio se encarga de vincular los proyectos entre todos los estudiantes, pero asigna actividades de acuerdo con la edad de los alumnos.

No todo es favorable para la docente, indicó que ocuparse de labores administrativas es la principal dificultad, elaborar oficios, acudir a reuniones o llenar documentación implica tiempo que resta a sus alumnos y al no contar con más personal los infantes se quedan sin maestra en esos momentos.

Escuela equipada

La comunidad La Rosa es una de más alejadas de la urbanización, está rodeada de una zona boscosa, tiene una altitud superior a los dos mil 500 metros y registra clima frío. En la zona no cuentan con señal telefónica.

Pocos pobladores son originarios de esta localidad, pero cuentan con una escuela equipada y conservada derivado de apoyos federales y estatales, pero también por el trabajo de los padres de familia para faenas y mantenimiento.

El acceso a la escuela es complicado, no cuenta con carreteras con asfalto o concreto, el camino es de terracería y la unidad de transporte público más cercana llega a un kilómetro de distancia, de ahí que el traslado debe ser a pie o en unidad particular.

En contraste, las instalaciones y equipo de la primaria dejan sorprendido a cualquiera. Cuenta con material didáctico, pizarrones, equipos de cómputo, material deportivo, juego inflable, lona para eventos cívicos y hasta alberca inflable.

En cuanto a infraestructura, tiene salón de clases, área de juegos con trampolín, cancha deportiva, bodega que emplean para clases de inglés, sala de juntas y biblioteca; también cuentan con una cocina y trastos del comedor, sanitarios para niños y niñas, cisterna y cámaras de seguridad.

Respecto a servicios, tienen energía eléctrica, drenaje con fosa séptica, agua potable y conexión a internet brindado por la Comisión Federal de Electricidad.

Una particularidad de esta escuela es contar con el Rincón de las Matemáticas, que consiste en habilitar una pequeña tienda para que los alumnos pongan en práctica sus conocimientos y aprendan cálculo mental, sumas, divisiones, multiplicaciones, utilizar la báscula y unidades de peso. Idea que surgió ante la falta de comercios en la zona.

En la escuela formó una familia

El comienzo de la docente en la escuela primaria La Rosa fue difícil. Externó que al llegar a la comunidad rural enfrentó machismo, pues los varones eran los que tenían voz y quienes decidían. Al principio los padres de familia se rehusaban a participar en las actividades escolares y trabajos de mantenimiento.

Poco a poco, con trabajo educativo y compromiso se ganó la confianza y respeto de los pobladores, logró una buena reputación mediante el trabajo frente al aula, lo que permitió contar con el apoyo de los padres de sus alumnos.

“Ahora tienen la mejor disposición para apoyar en actividades sociales, pedagógicas y hasta faenas, incluso me ayudan cuando tengo algún incidente en mi traslado, cuando me quedo sin gasolina o se me poncha una llanta de la motocicleta, no solo llega uno, llegan varios padres de familia a ayudarme, he formado una familia”.

Destacó que la unión se dio porque tienen un fin en común y único: el bienestar de los niños mediante el aprendizaje.

Reveló que convive con las familias y le han externado que cuando se vaya dejará una silla muy grande que será difícil de llenar, por el momento no piensa en dejar a sus alumnos.

Incluso, entre risas, reveló que impuso moda, pues fue la primera mujer en la comunidad en subirse a una motocicleta, actualmente ya son varias madres que usan este medio de transporte.

Formó a generaciones

En los 28 años como docente en la primaria La Rosa, Verónica Salgado se ha encargado de enseñar a leer y escribir a diversas generaciones. Actualmente es docente de los hijos de las personas que fueron sus primeros alumnos hace varios años. “Les digo que ellos fueron mis hijos en el salón de clase, ahora sus hijos son mis nietos”.

Destacó que entre esas generaciones se han formado diversos profesionistas, como médicos, ingenieros y abogados, entre otros, aunque la docente no les enseñó durante la carrera, les brindó los aprendizajes básicos en su formación de nivel primaria.

Precisó que la escuela La Rosa fue la primera en la comunidad y acudían estudiantes de zonas lejanas, calculó que tiene más de 100 años edificada y sus anchos muros de concreto pueden ser prueba de la antigüedad.

Finalmente, dijo que su deseo es que las personas conozcan la labor de los docentes, que volteen a ver a la escuela primaria La Rosa que tiene una ubicación muy alejada, pero los alumnos son iguales a los de otras zonas y merecen el mismo trato y oportunidades.

La escuela La Rosa solo cuenta con un docente para atender el aspecto educativo de nivel primaria, de ahí que en su salón los estudiantes cursan el primero hasta sexto grado.

Son 4 horas diarias, de lunes a viernes, dedica la docente Verónica Salgado en el traslado de su domicilio a la escuela y de regreso.

La escuela cuenta con conexión a internet apenas hace un año y medio, recurso que permite que los estudiantes aprendan el uso de las computadoras y herramientas digitales. En la zona no cuentan con señal telefónica ni datos móviles.


Publicado originalmente en El Sol de Tlaxcala

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