PUEBLA.- Los albergues de la ciudad de Puebla se vieron rebasados con la llegada de 900 migrantes centroamericanos, toda vez que se agotaron los víveres para atenderlos, por lo que los responsables se vieron en la necesidad de hacer un llamado para colectar insumos y darles de desayunar.
Las familias de la Caravana Migrante sólo permanecieron durante 12 horas en los cuatro albergues religiosos en la capital poblana, donde expusieron que las condiciones en las que avanzan hacia la frontera con Estados Unidos son cada vez más difíciles, toda vez que, en los estados como Oaxaca, Chiapas y Veracruz les han negado la ayuda.
De acuerdo con el coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis del estado de Puebla, Gustavo Rodríguez Zárate, esta negativa por parte de los estados provoca que los integrantes de la caravana, niños y mujeres principalmente, viajen en estado de deshidratación, con enfermedades gastrointestinales y respiratorias.
Ulises Ortiz y Bayron Sosa son sólo dos de los migrantes que salieron de Honduras huyendo de la violencia y los problemas económicos. No es la primera vez que intentan cruzar la frontera, una vez que llegaron a la frontera con Estados Unidos decidieron regresar por sus familias.