GUADALAJARA. La comunidad indígena de San Juan Bautista de la Laguna sostiene una batalla contra un gasoducto que representa la invasión y deterioro de su ecosistema, mientras que carece de los servicios indispensables.
La localidad, por décadas, ha luchado ante la falta de visibilidad de las autoridades y la negativa a la dotación de servicios por parte de autoridades municipales de Lagos de Moreno, Jalisco.
San Juan Bautista de la Laguna está situado a 186 kilómetros de la zona metropolitana de Guadalajara, “Relativamente cerca, a dos horas 33 minutos de camino, pero tan lejos del reconocimiento gubernamental”, comentó Marbella Maribel de Santiago López, originaria de ese lugar.
La comunidad ha enfrentado desde sus orígenes diversas batallas, cuando los guerreros chichimecas, seminómadas, se enfrentaron y se mezclaron con los tlaxcaltecas, indomables y sedentarios. La primera gran defensa fue por el territorio.
Diez barrios componen la comunidad, donde habitan más de 10 mil personas, y es uno de los tres pueblos situados alrededor de la laguna, los otros dos son: San Miguel Buenavista y Moya.
Como pueblo de la laguna, San Juan Bautista ha emprendido otra batalla, la que se da por la sobreexplotación que sufre su manto acuífero para surtir de agua a la cabecera municipal de Lagos de Moreno, pero reciben a cuentagotas servicios; son varios de sus barrios los más rezagados. Carecen de agua potable, drenaje, infraestructura urbana. Dicen que les ofrecieron escuelas, alumbrado público y grava, pero que no ha llegado nada.
Representantes de las más de diez grandes empresas que han llegado a poblar dos parques industriales situados en esa pequeña comunidad han dicho a sus pobladores que “no los ven en el mapa”, que nadie les dijo que iban a llegar a un lugar poblado, como cita Marbella, “ni sabían que estábamos aquí”.
Los habitantes de San Juan Bautista de la Laguna todavía recuerdan a Raúl Flores, representante de Gas Natural del Noroeste, decir que desconocía la existencia del pueblo. "Lo mismo pasó con el gasoducto, su trazo cayó sobre lo que encontró a su paso, cruzó por su laguna, se sumergió en ella, estaba planeado para cruzar incluso por los patios de fincas, modificó su ruta y quedó a menos de un metro del ingreso de las casas".
Uno de los pobladores comenta que a los trabajadores de gasoducto les dijeron que era una zona de uso industrial, no habitacional, “engañaron a la gente y crearon división del pueblo. No hablaron del proyecto, no hablaron de nada y al poco tiempo empezaron a acosarnos, a quienes consideraron enemigos del propio proyecto”.
Los habitantes aseguran que se mantienen activas dos carpetas de investigación, una de ellas de hace unos diez meses, y la otra por los hechos ocurridos hace un año, cuando fueron detenidos varios ciudadanos catalogados por las autoridades como supuestos “líderes opositores” a la obra, cuando en realidad se trataba de vecinos inconformes: "Los trataron como si fueran criminales e intentaron inhibir su causa con acusaciones falsas", reprochan.
"El gasoducto y el mal uso a la laguna sólo genera su contaminación; la pesca ya no es la actividad principal, el tule con el que se hacían las artesanías se extingue y sus aguas ya no riegan los membrillales ni los árboles de duraznos y las flores que se vendían en los mercados de Lagos de Moreno", señalan los pobladores.
Marbella refiere los "quieren colonizar”, y pone como ejemplo que quieren desaparecer un barrio y en vez de ello poner una colonia o un fraccionamiento.
“Nos invaden con más empresas, cambian el nombre a nuestras calles, atentan contra nuestras tradiciones y formas de organización, imponiéndonos consejos municipales cuando tenemos un consejo de ancianos; delegados en vez del representante indígena comunal y el comisario; aplican aquello de divide y vencerás”, detalla Marbella, quien les recuerda “nosotros no somos los que llegamos a colonizar, ya estábamos”.
La obra de la empresa Gas Natural Noreste comenzó en marzo de 2018, y desde esa fecha ha habido oposición de los habitantes.
Policías estatales reventaron el 13 de mayo año pasado la resistencia de la comunidad y detuvieron a tres de los manifestantes. 15 organizaciones de derechos humanos acompañaron a la comunidad con la Misión Civil de Observación de Derechos Humanos, que documentó las violaciones a los derechos humanos causadas por la instalación del gasoducto.
El Juez Tercero de Distrito en Materias Administrativas, Civiles y de Trabajo otorgó a la Comunidad el amparo 1113/2019 contra esa construcción, donde se orden al ayuntamiento de Lagos de Moreno suspenda provisionalmente la instalación del gasoducto hasta que la empresa Gas Natural del Noroeste presente los permisos otorgados por la Secretaría de Energía o la Comisión Reguladora de Energía.
Aunque la Comisión Estatal de Derechos Humanos emitió una recomendación por la construcción del gasoducto que atraviesa la comunidad indígena de San Juan Bautista de la Laguna, de Lagos de Moreno, colectivos denunciaron que pese a ello el proyecto continúa. Organismos civiles y activistas demandaron que se atienda este llamado y se reconozcan a las autoridades indígenas.
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