“No vamos a regresar”, afirma con tristeza el matrimonio conformado por Magdalena Xalamihua y Heriberto Sánchez, que desde el pasado sábado observa desde la zona acordonada y resguardada por elementos de la Guardia Nacional, cómo su vivienda es alcanzada, cada vez más, por el perímetro de un socavón de 80 metros de diámetro que apareció el fin de semana en los campos de cultivos de la comunidad de Santa María Zacatepec, perteneciente a Juan Crisóstomo Bonilla.
Junto con sus dos hijos de 11 y 13 años de edad, los esposos cuentan que fue en el 2014 cuando decidieron adquirir el terreno en esta zona, que en ese entonces les costó 70 mil y pagaron a plazos.
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De ese año a mayo del 2020 hicieron otro gasto gradual de 700 mil pesos aproximadamente para iniciar y avanzar la construcción de cuatro cuartos, dos baños, dos bodegas, un patio, un área de lavaderos y cercar su predio de 228 metros cuadrados, lo que les permitió, junto con sus hijos y los padres de Heriberto, disfrutar del espacio.
Sin embargo, ahora enfrentan sentimientos encontrados al ver que el inmueble que era su hogar desde los últimos doce meses es una zona no segura y de riesgo.
Un desastre natural, como califican la presencia del socavón, los ha llevado a que, en las últimas 72 horas, pernocten en cuartos rentados por parte del ayuntamiento de Juan Crisóstomo Bonilla, ente que también les otorgó un apoyo económico y ayuda en especie.
“No nos han dicho nada las autoridades, pero vemos que nuestra casa está a ras del socavón y sabemos que si regresamos, corremos muchos riesgos de vivir ahí y no vamos a regresar y nos da mucha tristeza porque hicimos nuestra casa con mucho esfuerzo, sacrificio, lo logramos, pero esto paso”, expresó Magdalena.
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Su esposo, Heriberto, de oficio ayudante de albañil, manifestó que lo único que piden es que las autoridades los reubiquen, los apoyen con un terreno o una casa, porque todos sus ahorros se gastaron en comenzar a edificar su vivienda, la cual no está concluida, pero recientemente habían comprado arena y grava para apuntalar el segundo piso.
La pareja originaria de Santa María Zacatepec indicó que jamás imaginó vivir esta situación y no quiere pensar en que su casa pueda caer al interior del socavón, porque significaría la pérdida total de su patrimonio.
“Ese día escuchamos un estruendo, salimos al campo y mi suegro se dio cuenta de que ya había un socavón, me acerqué a verlo (…) mi hija quería hacerlo también, pero no la dejé, porque vi que la tierra se movía y fue un susto muy grande, y pues ahorita ya está enorme y no sabemos si crezca más”, concluyó Magdalena.
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Mientras que su suegra, doña María, contó que enfrenta la misma situación, pues hace unos meses se había animado a adquirir un predio cercano al de su hijo para hacerse de un patrimonio, pero también lo ve perdido.
VECINOS ANALIZAN REALIZAR MISAS
Vecinos de la zona aún mantienen vivo el asombro provocado por esta eventualidad presente en territorio de Puebla, pues aseguran que es extraña y misteriosa.
Ante el hecho, varios no descartan el hecho de celebrar alguna homilía para pedir que no afecte más zonas de la comunidad y familias de la zona, aunque no tienen fechas tentativas.