De un 85% de los casos de abuso sexual y violación en contra de niñas y niños, solo el 20% se denuncian por los afectados, y ello que permite que exista un alto riesgo de impunidad y falta de atención en estos delitos, aseguró Reyna Faride Peña Castillo jefa de posgrado e investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
En el marco de la XXI Semana Cultural de Claustro Universitario de Chihuahua (CUCH), celebrada en el Centro de Convenciones de la ciudad, Reyna Faride Peña Castillo abordó una radiografía de las características e indicadores de riesgo del Abuso Sexual en la Niñez.
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Indicó que en muchas ocasiones por temor, el 80% de los afectados niega el abuso y cuando se llega a denunciar, el 75% lo hace de manera accidental, así como un 20% de los afectados se retracta de lo dicho.
La investigadora refirió que los abusos sexuales en contra de niños ocurren en el circulo de confianza y los afectados se encuentran en un rango de 5 a 10 años de edad, hay casos donde la violencia se da con mayor fuerza del ofensor y agresor quienes son identificados como depredadores, porque acechan, aguardan y buscan donde se pueden colar para tener ventaja de esto.
Indicó que el silencio social en los abusos, es brutal y en ocasiones puede llevar a la muerte de los menores por citar un ejemplo, es decir cuando no se denuncian los hechos y los agresores toman ventajas para privarles de la existencia ante el temor de ser descubiertos.
El abuso sexual se da por tres maneras: el chantaje emocional, sobre todo en niños y niñas con baja estima, extorsión es decir darle algo a cambio a los menores de edad, y tercero las amenazas de hacerle daño a sus padres o hermanitos
Por ello, dijo, es importante contar con programas y con profesionales conscientes de la existencia de la violencia sexual, capaces de prevenirla como la principal herramienta, detectarla e intervenir de forma adecuada protegiendo a la víctima, podrá reducir el impacto que estas situaciones tengan sobre los niños y las niñas.
Los indicadores de violencia, señaló ante directivos, catedráticos y alumnos, lo siguiente:
Son cualquier manifestación, de tipo físico o conductual, que se asocia a la ocurrencia de dicha victimización y son detectados por profesionales, o informados por la propia víctima o sus figuras cercanas, en forma de pensamientos, sensaciones, malestar, conductas.
La presencia de indicadores, sostuvo, puede apoyar conclusiones si se encuentran en línea con la credibilidad del testimonio de un niño, niña o adolescente supuesta víctima, pero su ausencia no implica lo contrario, ya que hay víctimas de violencia sexual infantil que permanecen asintomáticas.
Hay que tener presente que, al manifestarse estos indicadores en una etapa del niño o niña de constantes cambios, resulta complicado establecer una relación causa-efecto entre la victimización sexual y los indicadores.
Además, los síntomas y las consecuencias de la violencia sexual pueden variar enormemente entre las víctimas.
Nota publicada originalmente en El Heraldo de Chihuahua