Cancún.- Miles de mujeres, y también hombres, se congregaron en la entrada de Tajamar marchar hacia El Ceviche de la ciudad, para exigir un cese a la violencia de género.
Aunque la cita era a las 5:30 de la tarde, desde mucho antes, cerca de 500 mujeres acudieron al lugar, para ayudar en la confección de los carteles con mensajes afines a su causa, llegando la gran mayoría vestidas de negro, para simbolizar el luto por las víctimas de feminicidios, además de portar pañuelos verdes o morados.
Con el transcurrir de los minutos, el contingente fue engrosando, hasta que eventualmente, a la hora convenida, se pusieron en movimiento por la Bonampak, alrededor de Plaza las Américas, para marchar por la Tulum hacia la glorieta de El Ceviche.
Cuando pasaron por debajo del puente peatonal frente a Las Américas, y ya sumaban más de 3 mil 500 personas, el grupo de mujeres que iba a la cabeza se acostó sobre el piso, para simbolizar a todas las mujeres que han sido asesinadas en este país.
Por acuerdo entre los colectivos, la marcha fue segregada en distintos grupos, para que solo mujeres fueran a la cabeza, situación que mayormente fue respetada, aunque con tanta gente, resultó imposible vigilar del todo.
Representantes de partidos políticos también estuvieron presentes, al igual que personal de la Comisión de Derechos Humanos, para vigilar que todo transcurriera sin incidentes.
Playa del Carmen
Un contingente de al menos mil 500 mujeres marchó a lo largo de la Quinta Avenida, hasta llegar a la Plaza 28 de Julio, donde frente al Palacio Municipal, familiares de víctimas de violencia contaron sus experiencias y exigieron un cese a las agresiones de género.
La marcha dio inicio en la Quinta Avenida en el cruce con la CTM y continuó en dirección al Palacio Municipal. En todo el trayecto, de forma organizada cantaban distintas consignas alusivas a su lucha, muchas llevando su propia batucada.
“Somos la voz de las que no están”, rezaba la lona que encabezaba la marcha, misma que transcurrió en total tranquilidad.
Al llegar frente al palacio, las activistas se sentaron para escuchar a las oradoras, lo que incluyó además el himno de protesta, “Canción sin miedo”, de Vivir Quintana, por parte de una activista.
Una de las principales exigencias, en los discursos, fue justicia por las mujeres asesinadas, violadas o agredidas, lo que fue coreada por todas las presentes.